contador de visitas gratis El mundo pasó de ser viento de cola, a pulmotor - VilMetal.com.ar

El mundo pasó de ser viento de cola, a pulmotor

Un informe de la consultora Economía y Regiones.

El favorable escenario internacional y los buenos precios de la soja, contribuyeron para explicar, la mitad del crecimiento económico de 2003 / 2007, cuando nuestro PBI se expandía a tasas chinas.

logo e&r

Sin embargo, a partir de ese momento las inconsistencias de política económica comenzaron a sumarse, se amplificaron, acumularon y nunca se corrigieron. Paralelamnete, los problemas estructurales tampoco se encararon y resolvieron, apilándose también unos sobre otros.

De esta manera se llegó a la actualidad con déficit fiscal creciente, que dada la falta de recursos genuinos, se financia con emisión monetaria, acelerando la inflación; y provocando diversos desequilibrios macroeconómicos que terminan afectando negativamente al consumo, la inversión, la creación de empleo y el nivel de actividad. Es decir, el actual enfriamiento del nivel de actividad es consecuencia de las políticas domésticas que no sólo son incapaces de
revertir el problema de fondo, sino que lo empeoran en el largo plazo.

Dentro de estas políticas inconsistentes hay que encuadrar la política de progresivo aislamiento y creciente “encierro” de Argentina en el contexto internacional. Argentina, es un “rara avis” en la región porque se vincula con el mundo sólo a través de la economía real. Por propia decisión, nuestro país permanece fuera de los mercados de créditos internacionales, aún cuando en términos históricos nunca hubo tanto financiamiento ni tan barato. Es decir, a
nuestra economía entran dólares sólo a través de las exportaciones (de la cuenta corriente).

No ingresan dólares por la cuenta de capital. En otras palabras, nuestra economía se ha tornado cada vez más dependiente de las exportaciones, sobre todo de commodities y derivados (soja) y manufacturas de origen industrial (principalmente autos).

Las divisas provenientes de las ventas al exterior resultan fundamentales para financiar el déficit energético y los insumos y bienes de capital de la industria. A su vez, los dólares que ingresan por las ventas al exterior son esenciales para costear el mercado cambiario y el resto de rubros deficitarios de la balanza de pagos. Por último, las exportaciones en general y la soja en particular son necesarias para contrapesar el rojo de las cuentas públicas del gobierno nacional y de los gobiernos subnacionales.

En este contexto, con nuestras inconsistencias de política y nuestros problemas estructurales, la soja y el escenario internacional pasaron de ser de viento de cola a ser el “pulmotor artificial” para nuestra economía. El contexto internacional positivo y los elevados precios de soja pasaron de “financiar” tasas de crecimiento chinas, a tan sólo poder contener el enfriamiento económico. Queda claro que la soja no puede corregir nuestros problemas
estructurales, ni tampoco solucionar nuestro problema cambiario.

Más precisamente, es la política monetaria expansiva de los EEUU (que implica dólar débil y tasas de interés bajas) la que actúa como “pulmotor artificial” para la macroeconomía argentina. En este marco, cuando la Reserva Federal modifique su accionar (entendemos que sólo puede endurecerse) nos quedaremos sin ese salvavidas y las inconsistencias domésticas pasarán a ser insostenibles.

La economía americana comienza a mostrar signos de recuperación. El consumo y la inversión comienzan a responder y la industria se revitaliza suavemente. Los precios de las viviendas reaccionan. En este contexto, aumenta la probabilidad que la política monetaria de EEUU se endurezca en 2014. De acontecer, el año que viene la soja cotizaría a un menor precio en el mercado internacional y el pulmotor comenzaría a desenchufarse.