5 tips de finanzas personales para transitar el verano

Con la llega de fin de año y las expectativas de un nuevo comienzo es inevitable hacer balances y acumular expectativas. Pero para que esas ideas se transformen en realidad siempre hay que recorrer un largo trecho.

De cara al verano, cinco tips de finanzas personales que podemos emprender para que el 2014 termine con el vaso lleno.

• Buscar empleo.

El verano no es una excusa para no buscar tu primer trabajo o para emprender el cambio profesional que crees estar necesitando. La consultora especializada Haruko Archenti admite que es época de menos búsquedas, pero también de menos oferta de recursos humanos. “La mayoría de la gente, con sus vacaciones ya organizadas, prefiere no hacer un cambio y también están aquellos que cobran bonos de fin de año que se pagan en febrero o marzo y esperan a esas fechas para postularse”, explica la directora de Archenti Group. Hay menos demanda, pero también hay menos oferta y tu CV puede tener una mejor oportunidad con menos competencia sobre la mesa.

• Armar un presupuesto.

El paso más eficiente para poder ahorrar es organizar los ingresos de todo tu año y considerar los gastos imprescindibles que tendrás que enfrentar. Esa cuenta te tiene que dejar un saldo a favor de por lo menos el 10% de tus ingresos, que a partir de ahora serán tu ahorro obligatorio. Con lo que sobra podés planificar los gastos superfluos. La mejor manera de lograr es obligarte a separar ese ahorro todos los meses antes que nada y ponerlo en otra cuenta, en un plazo fijo o en alguna inversión que te preserve el valor. Si lo dejás en la misma cuenta que usás para tus gastos cotidianos, lo más probable es que en algún momento del mes termines atacando ese fondo de ahorros bajo la promesa que algún día lo repondrás (promesa que se incumple en el 99% de los casos).

• Poner un objetivo financiero de mediano plazo.

Si vas ahorrar, un gran incentivo para hacerlo es poner un objetivo para esos fondos. Guardar pesos por los pesos mismos no tiene sentido, especialmente para los más jóvenes que creen que nunca tendrán una emergencia o no les llegará el momento de ser viejos y tener un capital para enfrentar el retiro. La zanahoria puede ser un viaje, arreglar tu casa, cambiar el auto, o juntar los fondos para acceder a un crédito hipotecario. Definí una fecha de realización a ese objetivo y dividé el gasto por los meses que te quedan por delante para ver si podés alcanzarlo con el ahorro que tenés planeado o hay que hacer algún ajuste para aumentar el esfuerzo. Vas a ver cómo pensás dos veces antes de hacer algún gasto inútil si sabés que eso te acerca al viaje o el auto de tus sueños.

• Poner un emprendimiento en marcha.

El verano suele tener un tiempo más relajado en los trabajos en relación de dependencia y muchas veces no todos los días que tenemos de vacaciones los vamos a destinar a viajar. Es una oportunidad para hacer un curso sobre cómo desarrollar un plan de negocios para transformar esa idea que tenés en un proyecto real. La organización INICIA tiene muy buenas capacitaciones y la Subsecretaría de Desarrollo Económico de la CABA también puede ser un lugar para empezar a pensar en serio tu negocio propio.

• Planificar el retiro.

Un seguro de capitalización, en tiempos de inflación, puede ser la manera de que empieces a ahorrar para el largo plazo. No es técnicamente un seguro, pero funciona de un modo similar. Vos ponés un dinero mensual fijo o con algún tipo de ajuste preacordado, y la aseguradora lo invierte garantizádote un mínimo de retorno. A mayor cantidad de tiempo que permanece el dinero invertido, mayor será el retorno. Eso te permitirá aportar un monto bajo con un objetivo concreto de largo plazo, por ejemplo, empezar a ahorrar para tener un fondo a la edad de tu retiro. Cuanto antes empieces, menos será el dinero que tendrás que aportar para lograrlo. Si lo dejás para el futuro, tenés que saber que a los 50 años un plan de retiro de este tipo se vuelve casi impagable.

Buena suerte y buen verano, para poner en forma tus cuentas.