El venezolano Luis Cubeddu reemplazará al italiano Roberto Cardarelli, uno de los responsables del acuerdo firmado con el gobierno de Macri en 2018.
La relación técnica entre el Fondo Monetario Internacional y la Argentina estará a cargo de un nuevo economista que tomará el puesto del italiano Roberto Cardarelli. El venezolano Luis Cubeddu, de 53 años, ya representó al organismo en el país desde el 2002 al 2003 cuando el Fondo penalizó a Claudio Loser y a su equipo por considerar que habían sido demasiado “blandos” con la Argentina y lo reemplazó por el temible auditor indio Anoop Singh.
“Es parte la rotación de rutina del personal senior del FMI y aprovechando la transición en argentina la gerencia del FMI nombró a Luis como nuevo jefe de misión”, explicaron voceros del FMI desde Washington.
La salida de Cardarelli reporta al auditor regional Alejandro Werner y se debe a una orden de la nueva directora gerente Kristalina Georgieva, luego del “fracaso del programa firmado con el gobierno de Mauricio Macri”. La expectativa ahora pasa por si se aplicará un mayor endurecimiento por parte del organismo en la antesala de la renegociación del mencionado acuerdo.
El especialista venezolano, de 20 años de experiencia en el FMI, es Subdirector en el Departamento de Investigación donde actualmente preside Departamento de enlace con el G20. Anteriormente, fue Jefe de la División de Macroeconomía de Economía Abierta, donde dirigió la producción del Informe anual del Sector Externo.
Se desempeñó además en altos cargos para el análisis de economías emergentes. Antes llegar al Fondo, fue profesor asistente en la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, España, y recibió su doctorado en economía de la Universidad de Pennsylvania.
Cubeddu permaneció apenas seis meses como representante del Fondo ante el país, entre septiembre del 2002 y marzo del 2003, ya que luego fue reemplazado por John Dodsworth, parte del equipo de Singh. La transición no implicó solamente un cambio de nombres, sino un endurecimiento en la postura del Fondo respecto de los países que habían sido financiados por el organismo en forma generosa en la década del 90.
Recién a fines del 2003 el equipo de Roberto Lavagna-Guillermo Nielsen pudo conseguir un acuerdo con el organismo multilateral, pero sin lograr desembolsos nuevos, sino apenas la refinanciación de la deuda preexistente. Dicho convenio finalizó en 2005 cuando ni el Fondo ni el equipo económico pudieron convencer al entonces presidente, Néstor Kirchner, de avanzar en algunas reformas, como la actualización de las tarifas de los servicios públicos. De hecho, meses después, Kirchner apartó a Lavagna del gabinete y en 2006 le pagó la deuda del gobierno al FMI al contado, en un gesto similar al adoptado por Lula en Brasil.
Años después, el Fondo cerró su oficina en el país, hasta reabrirla cuando firmó el acuerdo con Macri. El presidente electo, Alberto Fernández, le exigió al FMI más tiempo para repagar los fuertes vencimientos de dicho acuerdo que recaen entre 2021 y 2022.
