Los datos además indican que más del 60% de usuarios de tarjeta de crédito hacen compras de alto importe mientras que un 32,6% utilizan el plástico para compras de menor valor.
Los números estadísticos del 2019 indicaron que el uso de tarjetas de crédito en Argentina fue singular: seis de cada diez argentinos utilizaron la tarjeta de crédito con mucha frecuencia (siempre o casi siempre) para compras de importes altos (viajes, autos, electrodomésticos) y, al mismo tiempo, la gran mayoría prefirió pagar en cuotas sin interés, aunque esto signifique tener que hacerlo en menos cantidad de cuotas.
Además y pese al rol activo de los plásticos, el 60,1% nunca ha utilizado su tarjeta de crédito para retirar dinero en efectivo del cajero automático y, de ellos, un 44,3% desconoce la existencia de dicha posibilidad, reflejando el nivel de desconocimiento más elevado entre la muestra de países.
El 17,5% de los argentinos afirma estar dispuesto a compartir su información bancaria con las bigtech a cambio de algún beneficio, mientras que 29,5% sí muestra interés por compartir información personal de redes sociales con su banco a cambio de mejores condiciones.
Siguiendo con datos informativos, en Argentina se presenta el mayor incremento en tenencia de tarjetas de prepago pasando de un 23% a un 28% de tenencia entre la población. Adicionalmente se evidencia un fuerte aumento en la cantidad de tarjetas prepago per cápita en el intervalo de sólo un año: si en 2018 un 10,8% de quienes contaban con este tipo de tarjetas declaraban tener más de una, en 2019 esa proporción asciende a un 22,3%.
Según consigna El Cronista, la banca abierta es aún incipiente y tiene grados de desarrollo diferentes en distintos países en cuanto a normativa, adopción de estándares e iniciativas, también es cierto que el 64% de los directivos entrevistados en los diez países ya perciben que su competencia en los próximos años será una combinación de Big Tech, Fintech y Neobancos.
En ese escenario, los directivos opinan que la promoción de una regulación de competencia digital y la creación de ecosistemas de colaboración con los nuevos actores para desarrollar nuevos modelos de negocio será la reacción que predomine en la industria bancaria.