Según la UMET, en los dos primeros meses del año alcanzó un 8,7%. En tanto, en los últimos doce meses fue del 51,5%. Estuvo motorizada por los Alimentos y Bebidas, que subieron 6,5%.
Este lunes, el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) dio a conocer, a través de un relevamiento realizado, que la inflación de febrero fue del 4,3 por ciento, lo que representa una aceleración de 0,1 puntos porcentuales respecto al 4,2% registrado en enero.
De este modo, en los dos primeros meses del año, la inflación alcanzó un 8,7%. En tanto, en los últimos doce meses fue del 51,5%.
La inflación de febrero estuvo motorizada por los Alimentos y Bebidas, que subieron 6,5% luego de haberlo hecho en 5,8% en enero. Hubo una particular disparada de las verduras (+25,2%), la cual se registró en una diversidad de productos, tales como cebolla, zanahoria, papa o tomate, entre otros. Las frutas subieron 8,6%, destacándose la naranja y la banana. El pan y los cereales treparon 8,5%, traccionado por el pan francés (+12,5%).
Vale tener en cuenta que estos valores casi no recogen las presiones inflacionarias derivadas del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que dispararon el precio internacional del trigo a partir de finales de febrero. El pescado (+7,8%), las bebidas alcohólicas (+7,7%) y los aceites y grasas (+6,6%) también tuvieron un febrero particularmente inflacionario. Solo las carnes (+1,7%) permitieron amortiguar las fuertes subas registradas en el mes.
La segunda división con mayores alzas fue Equipamiento y mantenimiento del hogar, con un 4,3%, con alzas destacadas en productos de higiene y limpieza. Le siguen en orden Salud, que trepó un 4% adicional, Otros bienes y servicios (+3,9%), Comunicaciones (+3,9%), Transporte (+3,5%, hubo suba de naftas) y Recreación y cultura (+3,1%). Solo Vivienda (+2,6%), Educación (1,6%) e Indumentaria y calzado (+1,1%) registraron alzas por debajo del 3%.
En la segunda mitad del informe se detalla la situación de la actividad, el empleo y los salarios reales. La última parte de 2021 terminó con inflación elevada, pero también con un claro repunte económico y, más moderadamente, en el empleo y los salarios. A fines de 2021, la actividad económica alcanzó el mayor nivel desde marzo de 2018, apuntalada por la industria -en primer lugar-, pero también por la recuperación de la construcción, los hidrocarburos en Vaca Muerta, el comercio y algunos servicios como por ejemplo los informáticos.
En el empleo formal privado, diciembre fue el mes en el que se retornó a la cantidad de puestos de trabajo formales asalariados privados previos a la pandemia. En tanto, el salario real a fines de 2021 se ubicó levemente por encima de los guarismos de fines de 2019.
No obstante, vistas en una perspectiva de más largo plazo, estas mejoras son muy débiles dentro de una tendencia de deterioro. El empleo formal privado ajustado por crecimiento poblacional está actualmente en el menor valor desde 2009 (solo por encima de 2020).
En tanto, el salario real privado está 14,7% por debajo de 2013 y el público 20,4% por detrás del mismo año.