Aunque la Argentina recibirá casi 10 mil millones de dólares del FMI, el Banco Central lo usará para controlar el tipo de cambio y evitar un salto devaluatorio abrupto, en lugar de financiar la producción y crecer la economía. Por Cecilia Boufflet en Radio Mitre.
La periodista Cecilia Boufflet se refirió este lunes a las complicaciones que puede traer el acuerdo con el FMI y las estrategias que emplearía el Gobierno para cumplirlo.
En ese sentido, explicó que el acuerdo con el Fondo no tiene una pauta de inflación concreta porque va a ser funcional al entendimiento. Así, remarcó que «el Gobierno necesita un poco de inflación para tener más recaudación y así bajar el déficit fiscal» y que «los únicos que tienen una mirada optimista son los que dicen que la inflación puede terminar un punto abajo que la del año pasado, es decir un 49%».
«No obstante, para eso tiene que haber una desaceleración muy fuerte de la economía que planche la actividad económica en la segunda mitad del año, y que ese freno, termine bajando los precios», explicó en diálogo con Radio Mitre.
«El dilema es que Argentina ya probó tener períodos de recesión profunda sin que bajaran los precios», siguió.
A la hora de explicar la posición del organismo, Boufflet dijo que «los directores votaron el acuerdo pero sabiendo que los iban a cagar. Lo que remarca el statement es que hay poca confianza de que haya consenso político para llevar adelante el acuerdo».
«Lo que más claro deja el acuerdo es que es el único que se podía votar para tener a la Argentina con los pies dentro del plato y así ir a una renegociación del propio acuerdo y de la deuda. Lo único que hizo el acuerdo fue patear los vencimientos 10 más tarde», agregó.
«El acuerdo con el Fondo le da más la razón a Cristina que a Alberto porque lo que hizo en la firma del acuerdo fue poner la primera revisión en lugar de a finales de junio o principios de julio, al mes de mayo. Es decir, en un mes y medio la Argentina va a tener la primera revisión del FMI porque el organismo entiende que hay que mirar esto minuto a minuto y sabe que es incumplible el acuerdo», dijo la periodista.
Además, resaltó que «en la vida cotidiana, deberíamos tener los mejores meses porque a la Argentina le van a entrar casi 10 mil millones de dólares, y entra toda la etapa de liquidación de la cosecha gruesa. Nadie prevé un salto cambiario en los próximos tres meses. El tiempo difícil empieza a ser después de septiembre porque a la Argentina le va a comenzar a faltar dólares».
«La actividad económica se va a comenzar a parar por una faltante de dólares, porque si bien le van a entrar dólares al Banco Central, lo usarán para controlar el tipo de cambio y evitar un salto devaluatorio abrupto, no para financiar la actividad económica», concluyó.
Por otro lado, habló sobre los duros números de inflación y aseguró que «estamos mirando el corte semana por semana y eso habla de la inflación en sí. Las paritarias tienen que negociarse cada tres meses, los salarios lo mismo».
«Si bien el Gobierno está poniendo el foco en los alimentos industrializados, hay mucho impacto de los servicios, la suba del combustible y de los productos frescos, que se le suma el tema de los alimentos envasados. Eso pesa mucho», explicó. Por eso la mayoría de las consultoras coinciden en un número alto de inflación para marzo: un 6%. Hay también un impacto de la aceleración del precio del dólar, y, en consecuencia, la devaluación del peso», continuó Boufflet.
Y concluyó: «Este año, el dólar debería ir a la par de la inflación, pero el Banco Central no lo ha logrado aún. El año pasado, el Gobierno utilizó la estrategia de pisar las tarifas, donde hubo un aumento del 9% en el año; de pisar el combustible, que subió un 29% en el año, y de pisar el dólar, que se acrecentó un 25%. Todo eso estuvo atrasado con respecto a la inflación general. Ahora, tiene la presión de toda esa inflación que metió abajo de la alfombra sumado a la aceleración de los precios que también está impulsada por una cuestión internacional».