Los parripollos se reconvirtieron en canchas de paddle y estas en video-clubes que bajaron la persiana con la llegada de la descarga de películas online y todo por dos pesos que desaparecieron con la devaluación del 2002.
¿Pero a qué tipo de negocios se han volcado los cuentapropistas?
La suba de los alquileres expulsó a la mayoría de los pequeños comerciantes de los locales a la calle y la posibilidad de vender por internet trajo muchos negocios informales. La venta de electrónica es uno de los rubros más explotados y las ferias de ropa importada, con trámites de importación bastante dudosos.
La otra tendencia que aparece en las calles es la de las regalerías que podrían reempplazar de alguna forma a lo que fueron los “todo por dos pesos” en los tiempos de la libre importación. Estos comerciantes buscan la salida por el lado de destacar el diseño y la originalidad con objetos más costosos pero con un precio unitario que permite un volumen alto de ventas diario, que en definitiva es lo que vale la pena al cerrar la caja todos los días. Al igual que los locales de accesorios, la fuerte suba de la indumentaria hizo crecer la demanda de regalerìas y objetos de decoración. Mientras que la indumentaria hace que pocas veces se pueda comprar un producto por menos de 100 pesos, en estos locales todavía se puede salir con un paquete en la mano por menos de 100 pesos.
Algunas marcas que se construyeron con este modelo y crecieron sumando locales propios y en algunos casos franquicias son VZ, Elementos Esenciales, María Rivolta, Artentino y Ominim.
Para el economista Dante Sica, “no hay un rubro estrella que genere altísimas rentas en este momento”.
“Los fenómenos de estos tiempos son el de La Salada y el de las franquicias, como dos extremos de un mismo modelo. Los segmentos bajos fueron expulsados por los altos precios de los alquileres y se trasladaron a La Salada o a alguna de las decenas de ferias barriales que se conocen como Saladitas. Los segmentos más altos se volcaron a las franquicias, que les permite entrar en un modelo de negocio ya probado que sòlo tienen que administrar”, explica Sica.
Bajo el paragüas de protección de una feria o de una marca, quien se lanza a poner en marcha un negocio se siente más protegidos en tiempos en los que estar sólo en la calle no es sencillo.
Jorge Castillo, el representante de La Salada, lo confirma. Dice que la feria de Lomas de Zamora creció un 20% en cantidad de puestos este año, con respecto al anterior, y supera el total de 30.000 puestos. Además, el mismo grupo ha desarrollado una feria en el barrio de Flores y tiene en construcción una en la provincia de Mendoza y otra en Santiago del Estero. Sin contar la enorme cantidad de ferias de entre 150 y 250 puestos que se han desarrollado en Constituciòn, Retiro, la propia Lomas de Zamora y en todo el interior del país.
El referente de la feria dice que las ventas aumentaron un 50% invierno en abril con respecto al mismo mes del año pasado, como resultado de que los sectores bajos utilizan las compras como mecanismo de defensa contra la inflación.
La salida para otro perfil de emprendedores es el de las Franquicias, que empezaron a instrumentarse en los 80, y se expandieron en los 90 y la década del 2000. Lucas Secades, de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF) dice que las que más han crecido en los últimos años son las que tienen que ver con servicios, como las inmobiliarias Remax, las cafeterìas Havanna, Café Martinez, Starbucks y las tiendas de accesorios u objetos de diseño que requieren una menor inversión, las heladerías Griddo y las operadoras de turismo Buquebús y Asatej
“Es una empresa que ya está probada y es más simple y seguro, aunque sea más costoso el nivel de entrada”, dice Secades.
Cómo referencia del crecimiento de las franquicias en la Argentina, en 2012 el sistema alcanzó una facturación de $ 50.627 millones de pesos , equivalente al 2,34% del PBI mientras que en el 2005 era de 1,5%.
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