La devaluación de la moneda brasileña, le pone presión al tipo de cambio oficial en Argentina y obviamente también al blue. Esto es así porque su depreciación afecta el tipo de cambio real multilateral y por lo tanto la competitividad argentina.
Les dejo el resumen que hizo María Elena Candia sobre lo que piensan las principales consultoras económicas, aparecido en El Cronista en el día de la fecha.
Pareciera que la guerra de divisas expresión que acuñó hace tres años el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega llega su fin. La expectativa de que Estados Unidos comience en el corto plazo a revertir su política de estímulo monetario presiona a la baja a otras monedas, en especial al real, que en los últimos tres meses cae cerca del 9% y contabiliza el mayor descenso entre las monedas emergentes.
Hoy las proyecciones de los bancos internacionales para fin de año marcan un real que oscilará entre 2,08 y 2,15 unidades por billete verde, aunque hay quienes arriesgan que podría llegar a ubicarse a 2,30. Es por ejemplo la previsión del economista jefe para América latina de BNP Paribas, Marcelo Carvalho, quien asegura que ese nivel hoy ya resulta una proyección conservadora.
Así, un fortalecimiento del dólar y una mayor depreciación del real presionarán a la Argentina. El Banco Central fue depreciando el dólar oficial para mantener estable el tipo de cambio real multilateral, así que una depreciacion del real y un fortalecimiento global del dólar acelera la depreciación del peso, sostuvo Eduardo Levy Yeyati, titular de Elypsis.
Para Daniel Chodos, analista de Credit Suisse, la depreciación del real se verá reflejada en una mayor presión sobre el contado con liquidacion o blue, pero difícilmente afecte el tipo de cambio oficial ya que el BCRA mantiene una depreciacion gradual y administrada del tipo de cambio.
En noviembre de 2012 cuando el real se depreció cerca del 5% en un mes (debido a la volatilidad generada por el fiscal cliff en los Estados Unidos), el tipo de cambio oficial mantuvo su tasa de depreciación, mientras que el contado con liqui se depreció casi 9%, agregó.
Brasil decidió eliminar la semana pasada el Impuesto a las Transacciones Financieras (IOF), que gravaba 6% las compras de bonos locales por parte de extranjeros, para incentivar la entrada de nuevos flujos de dólares y sostener al real. Sin embargo, el efecto no fue significativo hasta ahora y de persistir estos valores se pueden generar presiones adicionales sobre el peso, advirtió un informe de Econométrica.
De hecho, el anuncio inauguró una serie de intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios para suavizar la devaluación de la moneda, después de dos meses de mantenerse al margen. Ayer, aún tras dos incursiones del banco central a través de operaciones de swaps cambiarios, equivalentes a la venta de dólares en el mercado futuro, la moneda perdió 0,71% para cerrar a 2,14 por dólar.
Socios
El 20% del total de las exportaciones argentinas se dirigen a este país, que absorbe el 46% de sus productos manufacturados. Por lo tanto, una devaluación del real agrega aún más presión al Gobierno para acelerar el ritmo de devaluación del peso, explicó Alberto Ramos economista senior de Goldman Sachs.
En tanto, según el estudio Broda, en los últimos meses el tipo de cambio real multilateral (TCRM), que afectó fuertemente en los últimos años la competitividad de las exportaciones argentinas, se mantuvo estable. Pero desde la consultora advierten que si el real brasileño comienza a depreciarse más, el TCRM podría volver a deteriorarse. En junio de 2012 esta paridad marcó $1,46 mientras que para mayo de este año se ubicaba en $1,47. Sin embargo, para que la economía local recupere una competitividad similar a la de 2003-2007, el tipo de cambio nominal debería ser de $ 8,14. El 36% del tipo de cambio real multilateral de Argentina está determinado por la moneda brasileña.
Claro que, tal como insiste Michael Henderson, de Capital Economics, si bien un real debilitado no ayudará a la Argentina, la raíz de los problemas locales es la inflación alta. Con costos domésticos creciendo por encima del 20% anual y una moneda que se deprecia a un ritmo muy inferior, no hay manera de que los productores locales puedan mantener la competitividad, aclara.