Abogada, con una perspectiva de carrera brillante en uno de los principales estudios de la city, a los 27 años Victoria Licciardo eligió guardar el trajecito sastre y convertir en una empresa lo que hasta ese momento era apenas un hobby: diseñar chatitas para regalar a sus amigas en sus cumpleaños. El cuento parece romántico pero Victoria asegura que, de improvisado, su proyecto no tuvo nada. En primer lugar, con las zapaterías inundadas de chatitas, prefirió reemplazar su producto fetiche y dedicarse al diseño de tacos altos. «Me di cuenta de que lo que faltaba en las vidrieras cuando te querías comprar tacos altos de buena calidad era variedad de colores. Entonces decidí que ésa iba a ser mi propuesta: variedad de colores y la posibilidad de costumizar (personalizar) combinada con una muy alta calidad», dice Vicky. Con los modelos en mano, recorrió talleres y proveedores buscando el menor costo para fabricar una partida de «testeo» de apenas 48 pares que resultó todo un éxito. A partir de esa experiencia piloto, se animó a pedir prestado para un plan de inversión más amplio y hoy tiene su propio showroom y una nueva especialización: zapatos de novia, sólo pedido y totalmente a medida.
@vporce