La participación de inversores minoristas en las Lebac a 35 días se mantiene firme. Estos títulos de corto plazo que emite el Central para regular la cantidad de dinero se transformaron en la opción imbatible a lo largo de todo 2016, en un contexto de tasas largas que se ubican en niveles más bajos y un tipo de cambio que hace meses no presenta grandes variaciones.
Las Lebac descollaron especialmente en la primera parte del año, cuando el Central fijó la tasa en el 38%. Pero a partir de mediados de año empezaron a aparecer otras opciones, en coincidencia con la disminución gradual de tasas hasta el nivel actual de 26,75%.
una de ellas fue posicionarse en bonos dolarizados para aprovechar una eventual recuperación del dólar, que finalmente nunca sucedió. Los pronósticos para fin de año ubicaban al dólar entre los $16,50 y los $ 17. Hoy prácticamente nadie cree que vaya a superar los $16.
Las opciones en pesos más largas quedaron reservadas para inversores institucionales, con más «espalda» para esperar y especialmente para inversores extranjeros. Ante la demanda que llegó del exterior, el Gobierno salió a colocar con éxito bonos en moneda local a tasa fija a cinco, siete y hasta diez años.
El titular del BCRA, Federico Sturzenegger, hace varias semanas que no toca la tasa de corto plazo de las Lebac. Pero no se trata de mirar los niveles de inflación actuales, sino de influir sobre las expectativas inflacionarias que se mantienen más altas que la meta estipulada por la autoridad monetaria para el año próximo.
Mientras no confluya la meta del Central con el nivel de inflación esperado por el mercado (hoy en 20% contra el 17% de techo estipulado), las tasas reales seguirán altas, es decir que seguirán ganándole a la inflación y presumiblemente al tipo de cambio.