Julieta Gayoso viene de una familia donde las telas y el diseño formaban parte de su vida cotidiana, por lo cual cuando decidió abrirse de la empresa de sus padres, fue natural que eligiera desarrollar su negocio también dentro de la industria textil.
Sin embargo, su plan no era hacer ropa con un marca propia o abrirse una boutique. Lo que tenía en mente era producir indumentaria intelgente, que cumpliera mediante la incorporación de tecnología muchas más funciones que simplemente vestir. Así nació Indarra, que hoy vende remeras que repelen insectos o protegen de los rayos del sol (ideal para deportistas), pantalones con comandos joystick o camperas que te cargan el celular.
De tan novedosa, la idea parece fácilmente promocionable pero lo cierto es que llegar a difundir sus productos entre quienes realmente pueden estar interesados en comprarlo es uno de los principales desafíos de Julieta. «Es clave. Como el tema es innovador, siempre tuvimos apoyo de medios especializados. Pero lo central es que la gente que compra Indarra, nos recomienda y además vuelve a comprar. Es un camino algo más lento, pero más focalizado y concreto. Eso hace que el universo de amigos y compradores de la marca sea cada vez mayor, y son los que verdaderamente pueden dar un juicio certero porque tienen la experiencia de usar el producto», dice Julieta.
Una apuesta a crecer a paso firme de la mano del boca a boca.