Alegan que el sector se vio perjudicado por el confinamiento, y que «al estar cerrados los hoteles, bares y restaurantes, las pymes no tienen canal para comercializar vinos en el país».
La cámara de la industria de vino de la República Argentina pidió este martes al gobierno nacional un paquete de medidas a fines de mantener la actividad del sector «a un nivel mínimo de subsistencia», para de esta manera evitar los cierres y garantizar la continuidad de los puestos de trabajo que de él dependen.
«Se solicita que el Gobierno Nacional exceptúe de la cuarentena a las vinotecas de todo el país. Las aproximadamente 5000 vinotecas que existen son todas pymes y son un canal de suma importancia para las propias bodegas pyme, que no tienen la posibilidad de llegar a grandes cadenas de hipermercados, supermercados y otros distribuidores», expresa el comunicado difundido por Bodegas de Argentina, y agrega: «Al estar también cerrados los hoteles, restaurantes y bares, las mismas bodegas pyme no tienen hoy canal alguno para comercializar sus vinos en el país. Es imprescindible que se tome esta medida a la brevedad, siempre exigiendo que los locales tengan un protocolo sanitario para cuidar la salud de los trabajadores y de los clientes, como así lo hacen ya miles de comercios minoristas que continúan atendiendo al público».
La cámara también solicita, ante la inminente caída de las exportaciones de vino embotellado, la eliminación de las retenciones a los productos vitivinícolas que tengan valor agregado, lo cual podría generar, según se explicó, un ahorro de 2000 millones de pesos al sector.
Además el pedido incluye la solicitud al Ministerio de Desarrollo Productivo de rever el congelamiento de precios pasado el 20 de abril próximo, «dando libertad a las bodegas para fijar precios libremente a los vinos embotellados». «Proponemos que queden congelados los precios de los vinos de mesa, que hacen al 45% del total del vino comercializado en la Argentina, que son los mayoritariamente consumidos por la clase baja y media baja», explica la entidad.
Adicionalmente, apoyándose en la crítica situación económica atravesada por el país y el mundo, Bodegas de Argentina buscará que el gobierno nacional decrete la suspensión de la obligatoriedad de la contribución que pagan las bodegas a la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), alegando que «No tiene sentido un impuesto con asignación específica si el mismo destino no se cumple y está en riesgo la misma subsistencia de centenares de bodegas pyme».
Cabe resaltar que meses atrás la cámara decidió dejar de participar en la Corporación «convencidos en que la misma se había alejado de su propósito original al intentar ser una cámara de la industria».