Les dejo la nota de Horacio Alonso en Ámbito Financiero de hoy, explicando los vehículos afectados por el nuevo impuesto que avanza a máxima velocidad en el Congreso.
Todavía shockeados por el impacto del proyecto del Gobierno de gravar con el 50% de impuestos internos a los autos de alta gama, el sector automotor recibió ayer al menos una señal de alivio desde el Congreso.
La modificación introducida en la iniciativa oficial, a raíz de la queja de los empresarios, establece una segmentación que atenúa en parte el efecto de la medida que significaba que todos los modelos de 0km afectos tuvieran un incremento de precios de más del 80%.
Originalmente, según el anuncio del viernes pasado del jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, se establecía que todos los vehículos con un precio de fábrica ( sin impuestos) de más de $ 170.000 pagaran una tasa del 50%. Los primeros cálculos que realizaron los empresarios durante el fin de semana estimaban que el impacto en el precio al público de la medida sería de un incremento del 30%. Sin embargo, recién el lunes por la tarde cayeron en la cuenta de que por la forma en que se aplica el impuesto interno, el efecto real del valor de venta implicaría un incremento de entre un 80% y un 90%. Es decir que un 0km con un valor en concesionaria de unos $ 235.000 pasaría a costar unos $ 420.000. Esto generó un revuelo en el sector y tanto fabricantes, importadores como vendedores se comunicaron con cada funcionario que pudieron encontrar para alertarlos de las consecuencias que tendría la medida. Significaría directamente que no habría vehículos en el mercado dentro de esa franja (de $ 235.000 a $ 420.000). También que un modelo que estuviera apenas por debajo del limite de los $no pagaría el nuevo impuesto y su versión siguiente (por tener caja automática o asientos de cuero, por ejemplo) pasaría a costar $ 200.000 más, lo que sería un absurdo.
Ahora se establece que, a partir de los $ 170.000, la alícuota sea del 30% y recién los 0km por encima de $ 210.000 deban tributar el 50%. De esta manera se crea una categoría intermedia para que no exista una brecha tan grande entre los valores de los autos que quedan exceptuados del proyecto oficial y los que pagaban. Si se toman los precios al público, los autos que paguen un impuesto del 30% aumentarán un 43% y los que paguen el 50% se incrementarán alrededor del 80%.
La otra preocupación que tienen los fabricantes es que queden exceptuados de manera explícita del impuestos los vehículos de producción nacional. Esto podría ser a través de una aclaración en la ley o mediante un mecanismo de actualización automática de los topes establecidos. Esto es porque con los aumentos de precios que registran mensualmente los 0km, en pocos meses varios vehículos medianos de producción local pasarían a pagar la tasa del 30%. Por ejemplo, el Ford Focus, el Peugeot 308, el Citroën C4 Lounge o el Renault Fluence.
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Pedro Cadaveira
Recalculando….recalculando….
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