Lo primero que tenemos que decir es que por ahora es un proyecto de ley y falta tiempo hasta que sea una ley votada por el Congreso en el que habrá cambios y ajustes hasta que llegue a estar promulgada con la publiación on el Boletín Oficial. Pero por lo que sabemos hasta ahora, la manera más simple de entender cómo funcionará el Certificado de Depósitos del Sector Inmobiliario (CEDIN) es recordar los cheques cancelatorios que le dieron a los afectados por el corralito en 2002 para poder comprar inmuebles o automotores.
Los CEDIN se entregarán a quienes adhieran al plan de blanqueo de capitales que lanzó el martes el Gobierno e ingresen al sistema financiero los dólares (y no pesos) que tenían sin declarar dentro o fuera del país.
El tenedor de ese título lo podrá entregar en la compra de una vivienda nueva, usada, una cochera, un terreno o para la contratación de una obra de refacción o ampliación de una vivienda o la compra de materiales de construcción.
Quien reciba el certificado podrá presentarse en una entidad financiera y cobrar los dólares billete por los que fue emitido el instrumento financiero. Pero si así lo quisiera, podría entregar ese certificado a otra persona, ya que el documento es endosable (sin límite de veces) y puede aplicarse a la cancelación de deudas emitidas en dólares.
En la presentación que realizó el equipo Económico en el Congreso se aclaró que el tenedor de ese CEDIN podrá comerciarlo con otro particular en dólares o pesos, y el precio que se acuerde para esa operación será acordado entre las dos partes libremente. Es decir, que quien recibe un CEDIN puede elegir si se hace de los dólares presentándolo en el banco, o si lo utiliza para comprar otro bien o pagar una deuda.
¿A qué precio? Si es en dólares probablemente quien lo reciba le pida un descuento al CEDIN que el mercado ya estima que iría de entre el 10 y el 20%, por lo tanto son pocos los que aceptarían entregarlo en forma de pago en lugar de reclamar los billetes en el banco. Si es en pesos, será a una cotización intermedia entre el precio al que cotice el dólar oficial y el dólar blue. Pero lo atractivo de este formato es que a diferencia de comprar dólares en una cueva, esta operación será en blanco, legal y registrada.
La Cámara Inmobiliaria Argentina y la Cámara Argentina de la Construcción anticiparon que recibiían como una buena noticia la medida, porque podría ser una salida al parate que tiene el mercado del real estate desde la implementación del cepo cambiario.