En 2020 los mínimos y las alícuotas subieron sólo un 20% y en el mes de agosto, ese ajuste ya igualó con la inflación. En 2021, podría repetirse.
Los empleados en relación de dependencia formales que tributan el impuesto a las Ganancias enfrentan tres problemas: sus ingresos se deterioran ante la inflación, fuerte carga impositiva en 2020 y la proyección de que en 2021 puede empeorar.
El primer jaque es común a todos los que reciben ingresos fijos, porque en procesos inflacionarios acelerados ingresos van detrás de precios.
El segundo punto tiene que ver con las deducciones que se aplicaron este año, que han sido sustancialmente menores a la variación del costo de vida.
Y el tercero es porque todo indica que se va a repetir el mismo esquema para 2021: aumentos de los mínimos no imponibles que corren muy por detrás de la inflación.
Los valores están completamente distorsionados. Para no ser pobre una familia necesitó 45.477 pesos al mes. Pero si reúne 73.102 pesos ya empieza a pagar el impuesto a las Ganancias. Con lo cual solo te separan 27 mil pesos en la brecha entre la pobreza y “la riqueza” por la que se paga Ganancias.
Cuales son los problemas:
El sector público en la Argentina no produce despidos ni desvinculaciones de “común acuerdo”, ni suspensiones, ni recortes salariales por caída de la actividad.
Si bien todo ese riesgo está presente en el sector privado, un tercio de los trabajadores pudo conservar el empleo porque medió la ayuda del Estado y porque existe el decreto 624/2020, que prohíbe formalmente los despidos.
El sector público suma 3 millones de personas en todo el país, en los tres niveles de gobierno y en el sector privado, hay alrededor de 6 millones a julio de este año, según datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos. Además los jubilados y pensionados de todo el país son 7,3 millones, aunque el 60% de ese grupo cobra la mínima.
De todo ese universo, pagan el impuesto a las Ganancias a julio 2.259.869 trabajadores en relación de dependencia, jubilados y pensionados, según detalló recientemente el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero en su informe al Congreso. Cada vez más personas ya que se sumaron 120.473 en 2020.
Además de que más personas que no tributaban empiezan a ser alcanzadas, los que ya están tributando, pasan a pagar más.
El mecanismo de las alícuotas agrandó un 89% la cantidad de personas que tributan. Sin embargo lo que falló no es el mecanismo en sí, sino la eterna depreciación del peso, ya que los precios subieron más que los salarios y por ende, el corral se agrandó y atrapó a más gente.
Quedan cuatro meses, con una inestabilidad cambiaria preocupante, que podría acelerar más los precios en el tramo del año. Si bien apenas el 19% de los trabajadores bajo convenio ha negociado paritarias, hay sectores que están logrando recomposiciones no remunerativas, que también están alcanzadas por Ganancias, y que pueden hacer subir de escala el salario y, por ende, pasar a tributar la alícuota superior.
“Yo siempre lo grafico así: los precios van por el ascensor, los salarios por la escalera y el mínimo se queda en la planta baja”, dice el tributarista César Litvin.
“Si el mínimo no imponible se mantiene o se mantiene retrasado, lo que va a pasar es que cada vez que haya una recomposición, gran parte de esa recomposición vaya al Estado y no al bolsillo del trabajador”, anticipa Litvin.
“Lo que hay que cambiar rápido es la actualización anual, la sugerencia es ir haciendo actualizaciones semestrales, no por Ripte sino por costo de vida o variación de la canasta familiar, es lo mejor”, recomienda el tributarista.