Los valores crecen desde abril por encima del promedio de la economía. Materias primas dolarizadas, problemas para encontrar talleres e informalidad son algunos de los argumentos de subas por encima de la inflación.
La ropa aumentó en noviembre un 4,1%, muy por encima de la inflación de 2,5% y contra el año pasado está un 62,8% más cara. No es una novedad. Salvo en julio, los precios de la indumentaria crecen desde abril por encima del promedio de la economía.
Sin perder tiempo, y conociendo estos números, desde Protejer, la entidad que nuclea a los fabricantes textiles locales se dedicaron a explicar en un largo documento las razones de los aumentos.
Primero que nada, aclararon que si bien ahora los precios superan la inflación, entre fines de 2016 y 2021 aumentaron por debajo. Y que los márgenes con los que trabajan “se encuentran en rangos normales y son compatibles con las inversiones que se requieren para atender las nuevas exigencias del mercado y continuar sustituyendo importaciones”.
Según la entidad hay cuatro factores que determinan los incrementos:
Materia prima
Protejer contó que las materias primas que usan aumentaron sus precios a nivel mundial. Que esos productos que usan para la confección de prendas tienen valores dolarizados porque son commodities y que, muchos de ellos, además, se importan.
En dólares, a noviembre de 2021 se registran aumentos interanuales de 59% en la fibra de algodón; 26% en fibra de poliéster; 24% en rayón viscosa; 84% en spandex y en 70% en acrílico.
Costo de fletes
El costo del flete, dicen en Protejer, viene aumentando desde mediados de 2020, e impacta mayormente en las mercaderías con menor precio relativo.
Un contenedor que prepandemia costaba 2.000 mil dólares hoy podría llegar a unos 12.000 mil dólares (hasta un 600% más), explican.
El precio de los fletes marítimos a granel fue superior al 170% en dólares a lo largo del año y registró su pico máximo en octubre 2021.
Cuellos de botella
Otro factor que incide sobre los costos de fabricación de las prendas son los cuellos de botella estructurales -y agravados en los últimos tiempos- que enfrenta la confección.
Muchas marcas sostienen que existe una fuerte dificultad para encontrar talleres donde confeccionar sus prendas.
Recuperación lenta
Por último, los fabricantes textiles aseguran que el rezago que tiene la recuperación del consumo interno por la pérdida de poder adquisitivo de la población hace que las ventas estén muy por debajo de 2019.
“En rigor, al comparar enero-septiembre 2021 con el mismo período de 2019, las ventas de prendas de vestir, calzado y textiles de hogar en supermercados cayeron un 23% en términos reales. Mientras que las ventas de indumentaria, calzado y marroquinería en shoppings se ubican un 43% por debajo de los niveles de 2019″, explican.
Frente a un mercado más chico, el costo unitario por producto aumentó debido a que los costos fijos deben prorratearse entre menos unidades.