Desde la Asociación Pyme podemos afirmar que se está restringiendo, incluso denegando, la venta de chapa galvanizada, ladrillos huecos, cemento y otros insumos a las industrias, provocando una falta de materia prima que hace presumir un intento de crear un clima de intranquilidad por parte de los grupos dominantes, quienes por otra parte abusan al fijar altos precios, ya que el aumento del valor de los insumos se suma también al problema de rentabilidad que las pymes sufrimos históricamente.
Así, los grandes conglomerados económicos aumentan sus millonarias rentas monopólicas a costa de las mejoras salariales y las ganancias de los actores más vulnerables de las cadenas de valor -pymes, emprendedores y comerciantes- activando sus mecanismos desestabilizadores, que lamentablemente ya conocemos por nuestra historia pasada: golpes de mercado, cierres de fábricas y comercios, caída de la demanda interna y la llegada de medidas económicas perjudiciales para nuestro sector.
Esta conducta lesiona peligrosamente nuestra actividad, y los actores que están detrás conocen las graves consecuencias de su accionar en la economía nacional en su conjunto. Sin pymes, no hay trabajo, porque constituimos el 99% de las empresas nacionales y generamos más del 70% de los puestos de empleo. Es por ese motivo que se trata de un problema de todos, y sin embargo notamos un silencio perturbador sobre el tema de los grupos económicos concentrados y su accionar.
Por estos motivos, y por muchos otros, desde la Asociación Pyme repudiamos categóricamente la notoria intención de los grandes productores de insumos básicos de armar un escenario oscuro para la Argentina, sin permanecer neutrales ante estas jugadas. Los que trabajamos todos los días sus materias primas, los que sí nos ensuciamos las manos dignamente, vemos coartados nuestros derechos en un país que es nuestro, no de ellos.
Creemos firmemente que debemos defender al proyecto productivo nacional y popular porque es nuestro, porque va más allá de los gobiernos, porque es de todo el pueblo, un pueblo que incluye a las pymes que fueron contenidas y tuvieron un sustento durante estos diez años.
Es vertiginoso el progreso de esta avanzada de intereses mezquinos -los mismos que constantemente surgen y afectan profundamente al país- provenientes de sectores que siempre han demostrado que privilegian la especulación por sobre la protección y el crecimiento de la actividad productiva nacional, que privilegian únicamente sus intereses sin importarles nada ni nadie, sin país ni Patria. Eso no es nada nuevo, pero hoy contamos con un Estado que puede regular para lograr, como meta final, una mayor justicia distributiva.
Sabemos que se deben tomar medidas que lesionan a los intereses del poder, de los grupos que por años impusieron un modelo de país neoliberal e inequitativo. Pero hoy, es otro el momento, podemos lograrlo y para eso trabajamos. Defendamos nuestras unidades productivas, teniendo en claro que sólo fusionados en un proyecto de integración como éste, lo conseguiremos.