Las restricciones a la compra de moneda extranjera alcanzaron también a los negocios con el oro. El metal fue incluido en las medidas dispuestas por la AFIP. Las agencias que operan con “oro financiero” –el cual se importa principalmente de Suiza– analizan devolver sus actuales tenencias, dado que su negociación no queda abarcada por ninguna de las opciones actualmente dispuestas. El oro sólo sirve de atesoramiento, y esa opción está bloqueada. Sólo se puede acceder hoy en el país a través del Banco Ciudad, dado que vende “oro nacional”, producido mediante fundición de los objetos que son vendidos o empeñados. Para estos casos la demanda creció fuertemente hasta negociarse un promedio de ocho kilos por día, contra un kilo que vendía anteriormente. El Ciudad limitó entonces a 100 gramos la venta por persona al día. Existe además hace dos años la posibilidad de adquirir como cobertura de precios contratos de oro futuro.
“El oro no puede venderse para viaje o turismo, uno de los pocos canales para conseguir moneda extranjera, con lo cual no nos queda otra que exportarlo a sus mercados de origen”, señaló a este diario el titular de una de las agencias que negocian con el metal, además de divisas. Sólo unos pocos están autorizados a negociar en este segmento. Los más conocidos –y con mayores problemas– son el banco Supervielle, Piano y Puente. “Cuando se implementaron los controles en octubre del año pasado a la compra de moneda extranjera también alcanzaron a los negocios con el oro, los cuales requerían de autorización del ente recaudador”, explicó un directivo del Banco Central. La otra opción que barajan las agencias es que bajo las nuevas disposiciones del Central se habilite “algún canal de venta” o se haga una “excepción”.
La situación no tiene que ver con el cuidado de las reservas, como es el caso de las limitaciones a la compra de divisas, ya que las tenencias en oro del organismo monetario se encuentran en su mayoría depositadas en Suiza, explicaron desde el BCRA. La participación del oro en la cartera del organismo es baja. La última compra la realizó el año pasado por un monto bajo. No obstante, la caída en su cotización en los últimos días fue uno de los motivos esgrimidos por el BC para explicar la caída de las reservas.
El oro que se negocia en el mercado financiero debe provenir de bancos con calificación “AAA”. Antes se compraba a Estados Unidos, pero tras la crisis sólo quedó Suiza para tales efectos. En el largo plazo, la apuesta al oro ha sido rentable, acumulando en los últimos cinco años una ganancia (en dólares) de 145,9 por ciento, que se extiende a 461,4 por ciento en la última década. El último cierre máximo fue de 1923,20 dólares la onza troy (equivalente a 31,1 gramos). La preferencia por el oro lo lleva a ser utilizado como “activo refugio” tanto en tiempos de estabilidad como de turbulencias financieras. La demanda por oro físico se focalizó históricamente en inversores con un nivel de ingresos acomodado, quienes buscan una inversión de mediano plazo, dada la diferencia entre el precio de compra y venta. Sin embargo, en los últimos meses se convirtió en refugio para quienes no acceden a la compra de dólares como ahorro.
La única alternativa formal que se mantiene actualmente es la compra del metal en el Banco Ciudad. El banco tiene su propio laboratorio, que “funde oro nacional, proveniente de remates, ventas o empeños de joyas” y da como resultado un tipo de metal denominado 999 (de alta calidad). Según explicaron desde ese banco a Página/12, “la demanda se incrementó a ocho kilos diarios, por eso redujimos el tope por persona de medio kilo a 200 gramos y actualmente lo llevamos a 100”. Los precios van desde 301,30 pesos el gramo hasta 286.287,90 el kilo. Para quienes quieran favorecerse de la suba del precio, pero no quieren comprar el oro físico, pueden desde septiembre de 2010 adquirir contratos a futuro. La operatoria se realiza a través del Mercado a Término de Rosario, bajo las mismas condiciones que se aplican para otros activos. En el mundo es el segundo contrato más negociado, aunque en el país su demanda es aún incipiente.