El “arte” es, de hecho, una confluencia de un número de conceptos, y cualquier definición que sea verdadera debe dar cuenta de todos ellos.
“El arte es la libertad del genio”. Adolf Loos.
Como se puede apreciar, se comenzó a invertir en obras de arte hacia el siglo XVI, incluso mucho antes de que la inversión en acciones, bonos o propiedades. ¿Entonces porqué sabemos tan poco?
Acá se puede ver claramente la fuerte relación entre el mundo de las inversiones y el arte. Al comienzo del libro, dijimos que el manejo de las inversiones es un arte: ¿a que nos referíamos?
En que en para el manejo de las inversiones se necesita destreza, es una actividad humana conciente, adquiere diferentes formas según las épocas, países y culturas, surgen de motivos diferentes y satisface necesidades diferentes y también es una confluencia de un número de conceptos y para triunfar se debe dar cuenta de todos ellos.
Dadas estas coincidencias, es que muchos hombres de negocios se han dedicado a proveer vehículos de inversión o asesoramiento sobre este metie.
Mezclando finanzas y arte, existen Fondos Comunes de Inversión que invierten en Picazos y Rembrandts de la misma forma que otros Fondos invierten en acciones, bonos o propiedades. Philip Hoffman, un ex director de finanzas de la sucursal londinense de la famosa casa de subastas Christies, es el administrador del Fondo Común de Inversión “Fine Art Fund”, que se dedica a invertir en obras de arte. En sus palabras: “mi fondo no tiene que ver con la belleza, verdad o pasión: tiene que ver con hacer dinero”.
Obviamente que invertir en arte no es tan fácil como invertir en otros activos, ya sean financieros o no financieros: las obras de arte son difíciles de valuar y costosas a la hora de comprar o vender. Dos profesores de economía de la Universidad de Nueva York, Jianping Mei y Michael Moses, armaron un “índice de arte”, para medir los rendimientos del mercado de arte, una especie de índice Standard and Poors 500 para el mercado, de por ejemplo los Matisse o Rothko.
Dicho índice ha subido casi 150% desde el año 1954 hasta el 2006, comparado con el índice Standard and Poors 500, que en el mismo período ha subido casi 180%. En el año 2005, el índice de arte subió 14,5%, versus un magro rendimiento del índice S&P de sólo 3%.
Acorde a esto: ¿No deberíamos incluir en nuestras carteras de inversión algo de arte? Los números, que nunca mienten, parecieran indicarnos que sí.