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El dólar tarjeta cuesta más caro que la importación de energía

Los controles a las tarjetas de crédito en el exterior aumentaron fuertemente desde marzo y difícilmente el camino se revierta. Es que en la primera parte del año la salida de capitales por esa vía terminó siendo más costosa que la de la energía, el sector que aparecía como el cuco para las reservas y la balanza comercial de este año.

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Con un tipo de cambio oficial alrededor de los 5 pesos y un dólar paralelo por encima de los 8 pesos, en el verano pasado el “dólar tarjeta” rondaba los 6 pesos y se volvió atractivo para veraneantes que conseguían vacaciones más económicas en el Caribe que en la costa argentina, pero sobre todo para los que implementaron mecanismos para hacerse de dólares a través de la tarjeta de crédito en el exterior.

Las extracciones por cajero automático (que ahora tienen un límite), la compra de fichas en los casinos (que está prohibida desde abril), pero también el pago de todos los servicos y productos que se consumen durante un viaje y que antes del cepo al dólar se pagaban con dinero cash hicieron explotar la cuenta de servicios en el exterior. Mientras que entraron al país en el primer trimestre del año 2.300 millones de dólares, salieron un total de 4.500 millones de dólares, lo que genera un saldo negativo de 2.200 millones entre enero y marzo.

Si ese resultado se multiplica por los cuatro trimestres del año, el déficit de la cuenta de servicios será de 8.800 millones de dólares, mientras que el estimado para energía y combustibles es de 8.200 millones de dólares.

El saldo de turismo y servicios proyectado para este año muestra un crecimiento de 130% en comparación con la salida neta de dólares del 2012 que generó el rubro y que fue de 3.800 millones.

¿Desde cuándo que no hay un saldo positivo en la cuenta de servicios? Desde el 2010. Ese año en el último trimestre entraron al país 80 millones de dólares netos, descontando a los dólares que ingresaron los dólares que salieron.
Desde entonces el saldo es negativo, aunque el dilema que disparó el cepo es que esa cuenta se termine usando para fugar divisas. Es decir, para sacar pesos del sistema financiero y transformarlos en dólares bajo el colchón, en caja de seguridad o en bóveda, según el caso.

El remate es que este año, si se mantiene esa nivel de salida, la cuenta de servicios superaría a la de energía, que tiene un déficit proyectado de 8.200 millones de dólares para este año.

No vamos a comparar un rubro con el otro. Aunque no sea simple, el déficit del dólar tarjeta se puede resolver. En cambio la importación de energía es un problema estructural y no se revierte en el corto ni en el mediano plazo. “El déficit energético fue de 2.600 millones de dólares el año pasado con crecimiento 0, y este año para un crecimiento proyectado del 3,5% se prevé un déficit energético de 8.200 millones de dólares”, explica Fausto Spotorno, de Ferreres y asociados.

Lo cierto es que las dos cuentas fugando dólares que el Banco Central no puede recuperar por otra vía no son sostenibles en el tiempo, así que los controles al uso de tarjetas en el exterior seguirán sumando capítulos.