En línea con su política reduccionista, el Gobierno nacional ejecutó la primera venta de una empresa estatal. Se trata de Industrias Metalúrgicas Pescarmona (IMPSA), una empresa clave en el desarrollo de energías renovables, hidráulica y nuclear, ubicada en Mendoza que fue desestatizada gracias a la alianza entre LLA y el radicalismo local.
La empresa quedó en manos de la firma estadounidense ARC Energy, que fue la única que presentó una oferta para adquirir IMPSA, lo que genera interrogantes sobre el destino de más de 700 trabajadores que dependen de la empresa. ARC Energy se comprometió a una capitalización mínima de 25 millones de dólares, requisito establecido en la licitación.
El proceso de venta culminó el jueves pasado, fecha límite para la presentación de propuestas, con IMPSA aún en manos del Estado nacional y la provincia de Mendoza. El capital social de la empresa estaba dividido en un 63,7% bajo el control del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep) y un 21,2% en manos de Mendoza.
Esta será, sin lugar a dudas la primera de varias empresas sujetas a privatización, dentro del plan de gobierno de reducir la estructura estatal en cada aspecto.