Una mirada distinta sobre la tarjeta, tras la tasa del 55% en la financiación que puso el BCRA para que se cobre en los plásticos.
Si bien en VilMetal, siempre ponemos el foco en lo caro que es pagar el mono mínimo, esta nota de El Cronista muestra que embarcarse en un crédito personal de largo o mediano plazo, puede ser todavía más caro. Ojo con esta receta!!, se las dejo porque es interesante hacer el ejercicio mental y económico, pero es válida solo para gente que es muy ordenada con sus cuentas y con el pago de sus deudas.
Siempre fue problemático y no conveniente pagar el mínimo en la tarjeta de crédito ya que la tasa era un 25% más cara que la de un préstamo personal, pero ahora esto cambió porque el Banco Central le puso un tope del 55% a lo que pueden cobrar las tarjetas por financiar el saldo.
En cambio, los grandes bancos ofrecen préstamos a una tasa del 79%, mientras que el promedio que elabora el BCRA da una tasa del 71% a 180 días y al 61% a más de 180 días. En este sentido, «los límites crediticios de tarjeta son menores a los personales”, advierte el director financiero de una entidad.
El gerente de Producto de un banco advirtió: “La oferta de tasas de personales por debajo de 55% es muy limitada. Muy pocos acceden. Yo diría que, matemáticamente, conviene revolving (financiar el pago) si estás seguro que sos muy prolijo en tu compromiso de pagos mensuales. Si no lo sos puede ser una tentación que te lleve a mal puerto”.
Otro comentario en un banco es «lo que pasa muchas veces con la gente que ‘revuelve’ (por revolving, de pagar el mínimo) es que no tiene la conducta de hacer pagos regulares todos los meses y se le arma una bola de nieve. Con un personal, en cambio, hay mucha evidencia que la gente es más comprometida, se ordena mejor con un personal, por eso los bancos tratamos de dar un sólo préstamo, porque si le damos dos y tienen un compromiso, van a elegir pagar uno”.
Detallan que con un crédito personal el cliente sabe que debe pagar 12 cuotas, entonces le ordena su economía mejor que pagar el mínimo de la tarjeta. Entre las entidades saben que si suben el pago mínimo se les puede llegar a incrementar la mora, pero por otro lado es una forma de no perder tanta rentabilidad.
Es cierto que los plazos de los personales se acortan, ya que se ven más cortos, a 12 meses en lugar de a 48 meses, hasta 24 meses como máximo, pero no a 36 ni a 72 meses como llegó a suceder. “Las buenas tasas para corto están entre 12 y 24 meses, pero siempre con un cupo, para los mejores perfiles crediticios, cuando antes el plazo promedio ponderado del mercado era de 30 meses, ya que era frecuente dar hasta tres años”, explican en el sector.