El director del Banco Central, Federico Furiase, aseguró este lunes que las reservas “seguirán creciendo” y destacó el “saneamiento” del organismo. Asimismo, explicó que hay suficientes dólares líquidos para poder “defender la cantidad de pesos a una paridad de 1000″.
“Se revirtió el déficit fiscal heredado, la gente recuperó la demanda y ya no queman los pesos, como sucedía antes. Eso es lo más importante”, afirmó el economista en diálogo con Radio Mitre.
En esa línea, Furiase se refirió al desembolso de US$20.000 millones que llegará a fines de este mes por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI): “El plazo de los 20 mil millones de dólares es a fines de junio, ahí está la proyección exacta. También se esperan ingresos de dólares de la cosecha… Esperamos que las reservas sigan aumentando. No es importante el número exacto, sino que coincida con la recapitalización que se hizo en el Central”, consideró.
Será clave, según dijo, la liquidación de la cosecha gruesa, ya que ese ingreso de dólares podría rondar los 3.000 millones de dólares: “Puede haber más, porque hay un incentivo muy fuerte para la liquidación, teniendo en cuenta (…) una baja temporaria de retenciones que a fin de junio vuelve a subir”.
En tanto, respecto del nivel actual de reservas y el proyectado por el Gobierno, Furiase insistió en no concentrarse en el número exacto: “No es importante el número exacto. Lo importante es que ya con la recapitalización que se hizo en el Banco Central, con estos dólares que se ingresaron y los que quedan por ingresar a fines de junio, tenemos un Banco Central que está saneado”.
“Hoy el Banco Central tiene dólares suficientes líquidos de reservas de libre disponibilidad para defender la cantidad de pesos que hay en la economía a una paridad en torno a mil”, remarcó Furiase.
Además, Furiase explicó los cambios que favorecen la estabilidad y señaló que la reducción de la inflación, combinada con una menor emisión, modificó la percepción del peso. En lugar de funcionar como un activo que se licúa rápidamente, los pesos comenzaron a utilizarse para el ahorro y para el consumo de bienes durables, especialmente a través del crédito. Esto se ve reflejado, según dijo, en el crecimiento del financiamiento al sector privado, que pasó de representar cuatro puntos del PBI a casi nueve. Furiase lo ilustró con una conclusión operativa: “Nuestro modelo, producto de la baja de la inflación, de las tasas de interés y el crecimiento económico, está generando un crecimiento del crédito fortísimo”.
A la vez, destacó que este proceso necesita continuar formalizando el uso de dólares que están fuera del sistema financiero. En su análisis, cada dólar que se incorpora a los circuitos bancarios contribuye a aumentar el nivel de reservas y a ampliar el acceso al crédito: “Este mecanismo, al transmitir que está dentro de la formalidad, también va a ser otra manera de potenciar el crédito”.
Consultado por el cronograma del Gobierno, reiteró que las reservas podrían alcanzar los 50.000 millones de dólares hacia fines de junio, aunque subrayó que ese número no tiene valor por sí mismo, sino por el respaldo real que implican las reservas líquidas disponibles frente a una base monetaria reducida. Según describió, la cantidad de pesos en la economía está en torno al 6% o 7% del PBI, lo cual genera condiciones para que el tipo de cambio permanezca estable aún en escenarios de mayor volatilidad estacional.
“El Banco Central ha sido saneado tanto porque se revirtió el desequilibrio monetario heredado como porque se terminó con la emisión monetaria”, agregó. Además, vinculó este equilibrio con la baja del riesgo país, que pasó de 2.700 a 650 puntos básicos, y con el descenso de impuestos y precios nominales en varios sectores.
“Nuestra moneda se está fortaleciendo por tener superávit, un Banco Central recapitalizado, porque no hay emisión, porque está bajando la deuda”, finalizó.