La deducción de un impuesto no debería ser la razón para proteger a quienes más queremos.
*POR DANIELA FRIDMAN
En el día de ayer, La Superintendencia de Seguros de la Nación, organismo del Ministerio de Hacienda, anunció que se van a poder realizar deducciones impositivas en planes de seguros de vida y de retiro, con el fin de incentivar el ahorro.
La noticia se supo posteriormente a la reunión que tuvo el presidente Mauricio Macri con Juan Pazo, Superintendente de Seguros de la Nación, los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de Producción y Trabajo, Dante Sica y el presidente del Bice, Francisco Cabrera;
El monto de deducciones, el cual no se actualizaba desde hace 27 años y que hasta ayer era de $996 anuales, se va a establecer en $12 mil para el año 2019, $18 mil para 2020 y $24 mil para 2021. Algo a tener en cuenta es que los productos se podrán acumular, al igual que las deducciones.
Hasta acá la buena noticia, en líneas generales y desde ya que es un aire en nuestras economías tan ajustadas en el último año (Si quisieras ver en detalle la medida podés leerla en www.argentina.gob.ar/noticias/el-gobierno-incentiva-los-seguros-de-vida-y-retiro-para-generar-ahorro-e-inversion-en-pymes)
Pero sería bueno reflexionar acerca de por qué nos cuesta tanto entender la importancia de proteger a los nuestros.
La deducción de un impuesto no debería ser la razón para proteger a quienes más queremos.
Nuestra decisión acerca de proteger lo más importante que tenemos no debería pasar por la posibilidad de tener una deducción impositiva- Claro que debería ser un valor añadido pero no la razón.
Los seguros de vida brindan a quienes lo contratan la tranquilidad de saber, que algo tan valioso como la protección económica de las personas que están a su cargo, está garantizada, manteniendo la calidad de vida que venían teniendo.
Entonces ¿por qué cuesta tanto que protejamos a quienes más queremos? Porque en nuestro país la idea de “seguro de vida” es sinónimo de reticencia. Preferimos no pensar en determinadas situaciones. Y es natural que así sea porque la muerte es un tema delicado y difícil de abarcar.
Pero también es cierto que la muerte es parte de la vida y que vivir no se trata de un día más sino de un día menos. Cuando conectamos con eso, empezamos a entender y valorar lo que realmente importa.
En nuestro ciclo de vida estudiamos, nos recibimos, nos casamos, tenemos hijos y nietos.Trabajamos para poder brindar todo a nuestra familia: techo, comida, estudios y un ambiente apto para que crezcan con excelentes perspectivas de futuro…siempre y cuando vivamos lo suficiente. De hecho, vivos somos todos buenos padres.
Pero supongamos que esto no fuera así. En ese caso, la pregunta es ¿cómo me gustaría que mi familia siguiera adelante? ¿Es importante para mí que mantengan el mismo nivel de vida?
Es en función de estas respuestas que debería estar la decisión.
Creéme que más allá de los $12.000 de deducción de impuestos, el seguro de vida no requiere de una gran inversión. Sölo cambiando el orden de prioridades y trayendo a primer plano lo que realmente importa se puede tener tranquilidad para que lo que más valoramos en la vida, que son nuestros seres queridos, estén protegidos.
*Daniela Fridman / Especialista en Planificación Financiera Personal y Corporativa
