El mercado automotriz cierra otro año signado por las turbulencias. Hasta fines de 2015 su realidad estaba condicionada por la falta de oferta de 0km, sobreprecios y restricciones al dólar. Hoy, el escenario es exactamente el inverso. Sobran vehículos, hay guerra de descuentos y el dólar dejó de ser una preocupación.
Gracias a esto, los autos usados están sufriendo las consecuencias con una fuerte caída de los precios impulsado por las bonificaciones sobre los 0km. Esto está provocando que aumente la brecha entre lo que pide el vendedor de un auto usado y lo que ofrece el comprador o la tasación que realiza una concesionaria.
En algunos casos, la diferencia entre un extremo y otro es ahora de más del 40% cuando tres años atrás se ubicaba en el 30%. Según la Cámara del Comercio Automotor, en lo que va del año el retroceso en las transferencias es del 15,7% mientras que la venta de 0km crece un 8,5%. Para el titular de la entidad, Alberto Príncipe, la brecha entre ambos extremos es la mayor de la historia.
En muchos casos, las concesionarias dejaron de tomar usados como parte de pago ante el abultado stock de vehículos que tienen ante la falta de demanda.
Según un informe elaborado por el sitio especializado Ya Vende, el segmento de la alta gama es el que mayor brecha registra. Mientras que en 2013 la diferencia de precios entre el vendedor y el comprador era del 30%, en la actualidad llega al 50%. En la gama media pasó del 20% al 30% en tres años mientras que en el segmento inferior el salto fue del 15% al 25%.
Los descuentos que realizan las automotrices sobre los 0km (especialmente los que llegan de Brasil) representan en algunos casos cerca del 20% de su valor con financiación a tasa del 0% a un año. Esto hace que la gente se vuelque a la compra de un auto nuevo en lugar de usados.