Para el que busca adrenalina y vértigo, las bolsas del mundo (incluida la argentina) por estos días pueden convertirse en una montaña rusa a puro giro y vuelco que dejan sin aliento. Pero para los que están decididos a poner el cuerpo, y la billetera, la experiencia puede resultar más que rentable.
En primer lugar, y como riesgo extremísimo, están los activos griegos. Con el país al borde del abismo, y contagiando a los principales mercados del mundo, que operan en baja desde hace semanas ante la falta de avances en las negociaciones de Atenas y sus acreedores, los bonos helenos rinden cerca del 30% en euros. Pero es un plato en el que, por más estómago que tenga el inversor, no se puede pinchar desde la Argentina.
En cambio, dentro del menú que sí está habilitado para los intrépidos locales hay alternativas que pueden duplicar la inversión y otras que dejarían un potencial 20% a 40% de ganancia, con un horizonte de 12 a 24 meses. Algunas son clásicas; otras, más novedosas o menos exploradas. Desde acciones y bonos locales, fideicomisos con estrategias cuantitativas, hasta papeles de la brasileña Vale o acciones tecnológicas de Apple y Google. El éxito no está asegurado, por supuesto. La volatilidad en los precios puede ser para el infarto. Los que se atrevan, pasen y vean.
Ponerle un mix de activos extranjeros a la cartera de inversión es posible desde la Argentina, incluso a pesar del cepo cambiario: la herramienta son los Cedears (Certificado de Depósito Argentino), que no son otra cosa que acciones del exterior que se depositan en un banco internacional (como el Bank of America o el JP Morgan), que emite el certificado, que representa las acciones que tiene en custodia y que cotiza en la Bolsa de Buenos Aires en pesos. El mayor riesgo que traen consigo estos papeles, además de la habitual volatilidad en las acciones en general y en cada empresa en particular, es su escasa liquidez, es decir, el bajo volumen operado. Esto hace que algunas veces resulte difícil tanto armar como desarmar posiciones. No es apto, entonces, para inversores ansiosos o que puedan tener apuro en vender sus tenencias.
Paula Premrou, CEO de Portfolio Personal, apunta a las tecnológicas estadounidenses en su lista de recomendados. «Dentro de los Cedears, nos siguen gustando especialmente los de Google y Apple, que tienen buena liquidez», apunta. «La acción de Google cotiza en US$ 527 en el mercado estadounidense, con un precio objetivo a un año de US$ 650; mientras que los papeles de Apple se negocian en US$ 127, con un target price de US$ 150 para los próximos 12 meses», añade. Así, si las proyecciones se cumplen, la ganancia sería del 18% para Apple y 23,5% para Google.
Alejandro Bianchi, gerente de Inversiones de InvertirOnline, ofrece una perlita burbujeante para internacionalizarse, pero con el plus de tener una renta fija atada a la acción. «Una de las que más liquidez tienen y que pagan dividendos en dólares en forma trimestral es Coca-Cola (KO). Aproximadamente, 31 centavos de dólar por acción. Es decir, una tasa del 3,26% en dólares respecto de su valor de cotización. A la ganancia por dividendos, el inversor de largo plazo deberá sumarle la ganancia de capital. Es decir, por la suba del precio de la acción (o el Cedear) en el mercado», explica Bianchi, y apunta un dato más para el análisis: desde 1980, Coca-Cola promedió una suba anual del 14,5%.
«Lo interesante de los Cedears es que, si bien se compran en pesos, trasladan al inversor sus dividendos en la moneda de origen. Es decir, si se trata de una empresa norteamericana, que paga dividendos en dólares, el inversor, cuando la empresa paga los dividendos, recibe dólares. Si se trata de una empresa europea, recibe euros», continúa Bianchi.
Brasil, sacudido como estuvo en el último tiempo, presenta también sus oportunidades. La opción para comprar desde la Argentina sería Companhia Vale do Rio Doce. «El Cedear de Vale es una opción también para quienes quieren invertir en Brasil. El precio del ADR de la gigante productora de mineral de hierro se negociaba en US$ 14 antes de las elecciones; bajó a un mínimo US$ 5,58 a principios de abril, ante la caída en el precio de las commodities, la debilidad de la moneda brasileña y la crisis política provocada por el escándalo de Petrobras. Rebotó hasta US$ 8,8 a mediados de mayo, pero volvió a niveles de US$ 6,5. El target price es de US$ 8 para los próximos 12 meses», explica Premrou. La ganancia potencial se ubica en 23%.
Pisando otra vez suelo argentino, y dejando a un costado la alternativa de los bonos nacionales en dólares de largo plazo, con rendimientos de 8% y 9% anual, como el Bonar 24 o el Discount 2033, que tienen su riesgo pero ya se convirtieron casi en un básico para los inversores habituados a operar en el mercado de capitales, la apuesta puede escalar dentro de la misma renta fija soberana. «Quienes busquen retornos mayores y estén dispuestos a asumir el riesgo, pueden optar por los bonos largos en pesos ajustados por CER (inflación), como el PAR, que vence en 2038. En un escenario de normalización financiera poselecciones, levantamiento del cepo y revisión de las estadísticas del Indec, podrían arrojar retornos medidos en dólares muy superiores, de hasta el doble de los que ofrecen los emitidos en moneda estadounidense», lanza Premrou.
Otra apuesta para los más jugados: incorporar un fideicomiso que se apoya 100% en una estrategia cuantitativa y se ubica siempre del lado barato del mercado. «Se trata del Argie Bond Quant, que es un portafolio de deuda soberana argentina que tiene el peso como moneda de referencia e invierte siguiendo las señales que produce nuestro algoritmo que incorpora información de mercado en tiempo real, la procesa para estimar el valor justo de cada instrumento y genera un ranking del más caro al más barato, rebalanceando el portafolio en consecuencia», explica Francisco Prack, titular de Prack Asset Management. «Es un proceso riguroso, sistemático y repetible, en el que no existe un componente emocional detrás de la decisión de inversión. Argie Bond Quant tiene tres años y medio de historia con un rendimiento anualizado de +36% neto para el inversor a marzo de 2015 (último dato auditado), con períodos de 12 meses en los que subió 52,4% y otros en los que registró bajas de 21,8%», explica Prack, blanqueando por completo el riesgo que este tipo de productos lleva implícito. El monto mínimo de inversión es de $ 10.000 y es un fideicomiso que no está bajo la órbita de la CNV, sino que es regido por el Código Civil.
fuente: La Nación
fazioagus
@ceciliaboufflet muy buena data!
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