El ministro concentró el mayor poder político y de gestión en comparación a sus antecesores, con influencia sobre el Banco Central, el Ministerio de Planificación y el de Producción, además de tener control real sobre las empresas públicas, el INDEC y la AFIP. Sin embargo, el premiado con el mayor nivel de influencia y libertad de gestión es el que ostenta peores números.
En 12 años de gestión Kirchnerista en la Casa Rosada pasaron ocho ministros de Economía por el Palacio de Hacienda. La lista empieza con Roberto Lavagna, Felisa Micelli y Miguel Peirano bajo la Presidencia de Néstor Kirchner. Sigue con el fugaz paso de Martín Lousteau por la primera gestión de Cristina Kirchner seguido por «el mudo» Carlos Fernández y el ascendente Amado Boudou que terminó como Vicepresidente de la siguiente gestión. Lo sucedió Hernán Lorenzino y desde el 2013 ocupa el quinto piso de Yrigoyen 250 Axel Kicillof.
El actual ministro es, sin duda, el que concentró mayor poder político y de gestión de todos, con influencia sobre el Banco Central, el Ministerio de Planificación y el de Producción, además de tener control real sobre las empresas públicas, el INDEC y la AFIP. Sin embargo, el premiado con el mayor nivel de influencia y libertad de gestión es el que ostenta peores números.
Según datos de consultoras privadas, la era de los Kirchner comenzó con un crecimiento de la economía en el período de Néstor del 8,7%, siguió con un 5,2% de crecimiento promedio en el primer gobierno de Cristina, un 2% en la gestión de Lorenzino y una caída en el 2014 seguida por un 2015 estancado.
El consumo, que ha representado la bandera del crecimiento en estos tiempos, tuvo un incremento del 8,8%, siguió alto en el 6,7% en el primer gobierno de Cristina y estuvo por encima del 4% entre 2012 y 2013, para caer en el primer año de Axel ministro y pelea un empate este año.
El indicador que más se deterioró -y podría ser la madre del resto de los problemas- es la inversión, que pasó de un promedio cercano al 25% anual entre 2003 y 2007 y tiene una caída interanual en 2012, 2014 y 2015.
Un informe de la Cepal sobre la inversión en infraestructura muestra que en la Argentina el nivel fue del 3,2% del PBI, en línea con el nivel de América latina que estuvo en el 3,3%. Sin embargo, dentro de ese total, nuestro país computa un aporte de 0,6 % del PIB proveniente del sector privado, cuando en el resto de la región la participación privada es del 1,2 por ciento.
Para Jorge Todesca, ex viceministro de Economía de la presidencia de Eduardo Duhalde, más allá de los nombres que ocuparon el Palacio de Hacienda, el deterioro de los indicadores año tras año muestra falta de gestión. «El kirchnerismo estuvo agotando el colchón que le dejó la salida de la Convertibilidad en términos de inflación, uso de la capacidad instalada, de superávit fiscal y de competitividad del tipo de cambio», sostiene el ex funcionario.
La inflación, que en la primera gestión Kirchner estaba en el 11% anual promedio, el año pasado rondó el 40% para las consultoras privadas y este año las proyecciones hablan de un 29% interanual de aumento de precios. Las reservas eran de u$s 28.000 millones y este año se estima que terminarán en torno a los u$s 30.000 millones. Claro que como cambió el tamaño de la economía, los u$s 28.000 millones de reservas de la primera gestión Kirchner representaban los fondos necesarios para financiar casi un año de importaciones, mientras que los u$s 30.000 millones que custodia el presidente del Banco Central Alejandro Vanoli hoy son apenas seis meses de los dólares necesarios para solventar las importaciones locales. La debilidad de la variable se refleja en la economía real cuando se acumulan u$s 8.000 millones de deuda con los importadores.
fuente: Cronista
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