Un informe de la consultora Economía & Regiones.
En lo transcurrido de 2013 el dólar “blue” se incrementó un 40% y alcanzó un máximo de $8.75; mientras que el dólar oficial presentó una devaluación de 4.2% alcanzando los $5.13. De modo que la brecha entre ambas cotizaciones pasó de 35% en septiembre ’12 superior al 70% en marzo’13. Es decir, la brecha cambiaria se duplicó en los últimos seis meses.
Esta suba del dólar paralelo y la ampliación de la brecha cambiaria deterioran el nivel de actividad porque alimentan a las expectativas devaluatorias y posponen las decisiones de consumo e inversión,afectando negativamente la demanda agregada y el nivel de actividad.
En este marco, una pregunta a responder sería: ¿el comienzo de la liquidación de exportaciones de soja servirá para que el dólar paralelo baje y su brecha cambiaria disminuya?
Para 2013 se espera una cosecha mayor que la del año pasado, generando exportaciones de soja en torno a U$S 23,500 millones.
. Este avance de las ventas al exterior (20% en dólares) aportaría unos U$S 4,000 millones adicionales respecto al 2012 (U$S 19,600 MM) y un incremento de 5% respecto de ventas al exterior del sector en 2011 (U$S 22,400 MM). Aún con mayor ingreso de dólares (U$S4,000 MM) que en 2012, la liquidación de la cosecha gruesa no solucionará el problema cambiario argentino, ni la suba del dólar paralelo y su brecha. La liquidación de soja contribuiría a que el dólar paralelo y su brecha bajaran sólo si los actuales problemas cambiarios fueran exclusivamente originados por una escasez momentánea o coyuntural de oferta de dólares. En ese marco, la liquidación de soja proveería los dólares “faltantes”, eliminando la escasez de divisas. Dada una demanda de dólares, la liquidación de soja aumentaría la oferta de divisas y por ende bajaría el precio de mercado, o sea el dólar paralelo.
En Argentina el férreo cepo cambiario, que no se relajaría, hace que el BCRA se apropie de todos los dólares provenientes de la liquidación de exportaciones de soja, por lo que con un mercado cambiario totalmente intervenido la oferta de dólares (al público) aumenta solo marginalmente, dejando una demanda insatisfecha. Por ende, una mayor liquidación de cosecha gruesa sólo podría reducir la brecha cambiaria si el BCRA relajara el cepo y decidiera
vender los dólares en el mercado. Por el contrario, en el contexto actual la cotización del paralelo es independiente de la liquidación de la cosecha.
Por otro lado, la liquidación de la cosecha tampoco contribuiría a bajar el dólar paralelo por medio de una reducción de la demanda privada de divisas, ya que no tiene ningún impacto en las compras de divisas.
La liquidación de soja no reduce la demanda del sector privado de dólares porque no resuelven los factores que la estimulan. Nuestra economía convive con problemas estructurales que presionan sobre el mercado cambiario y funcionan como una “aspiradora de dólares»:
- la formación de activos externos del sector privado (fuga de capitales) dictaminada por la idiosincrasia de los argentinos que tenemos por costumbre ahorrar en dólares y demandar dividas ante cualquier escenario de incertidumbre; la estructura del entramado productivo local que requiere de insumos y bienes de capital importados
- la extranjerización de las empresas que giran dividendos a sus casa matrices, generando un déficit estructural de la cuenta rentas del balance de pagos;
- por último, el creciente déficit energético que además de presionar sobre las importaciones y el resultado comercial, complica las cuentas públicas que deben financiar el faltante de gas y combustible.
En pocas palabras, mientras continúe el duro cepo cambiario y no se solucionen las inconsistencias de política económica, ni los problemas estructurales de nuestra economía, la liquidación de soja no servirá para bajar la cotización del dólar paralelo y la brecha cambiaria.
Relajar el cepo es condición necesaria (no suficiente) para que la liquidación de soja pueda contribuir a reducir la brecha cambiaria.
En 2011, sin cepo, cuando se liquidaba la soja la brecha cambiaría no subía. Por el contrario, a mediados de 2012 con
cepo y liquidación de soja, la brecha cambiaria subía con la misma velocidad que en la actualidad.