La Argentina y demás países sudamericanos tendrán hasta 15 años para adecuarse a la nueva normativa, mientras que las naciones de la UE deberán ponerla en práctica de inmediato.
Tras 20 años de negociaciones, finalmente se anunció la ansiada firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), noticia que llegó mientras el presidente Mauricio Macri participaba del G20 en Japón y el canciller Jorge Faurie negociaba en Bruselas.
El cese de interminables charlas se convirtió desde el mismo viernes en el principio de un proceso de adecuación normativo que para la Unión Europea será casi inmediato, pero para el Mercosur demorará hasta quince años.
Esto quiere decir que el pacto entre las partes, según la letra chica, estará totalmente completo en 2034. Es que si bien los países de la UE aceptaron que la desgravación arancelaria sea “inmediata”, los estados del organismo sudamericano tendrán entre 10 y 15 años para inmplementarla.
Los países que forman parte de la Unión Europea son los seis iniciales, Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, y los 22 que luego se unieron al bloque, entre ellos Austria, España, Grecia, Hungría, Polonia, Portugal. Por su parte, los habitantes del Reino Unido impulsaron el Brexit, es decir abandonar el bloque, pero luego pospusieron la salida hasta el 31 de octubre.
Del otro lado del océano Atlántico, los estados que integran el Mercosur son los cuatro fundadores, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, mientras que Venezuela, que se sumó en 2006, fue suspendida por sus pares por la crisis política que atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro. Bolivia, por su parte, tiene pendiente ratificar su adhesión, y Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Guyana y Surinam no forman parte, pero sí se sumaron como “estados asociados”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación destacó al menos seis puntos trascendentales del entendimiento: mayor calidad institucional, mayor competitividad de la economía argentina, integración regional, beneficios para pequeñas y medianas empresas (pymes), promoción de inversiones y período de transición.
“Esto es mucho más que un acuerdo comercial: es un avance estratégico en el posicionamiento argentino en la escena internacional. Se trata de un verdadero hito para nuestra política exterior. El crecimiento y desarrollo inclusivo no se pueden lograr en soledad sino con más y mejor comercio internacional”, indicó el canciller Faurie desde Bruselas.
Por su parte, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, agregó: “Antes, la Argentina estaba cerrada al mundo; en 2015 teníamos acuerdos comerciales con tan solo el 10% del PBI mundial. Ahora, con este acuerdo, alcanzaremos el 30% del PBI global. Eso significa que nuestras pymes podrán llegar a un mercado de 500 millones de personas”.
El Gobierno nacional aseguró que el acuerdo facilitará el incremento de la inversión extranjera directa (IED) al otorgar certidumbre y estabilidad de las reglas de juego, y adelantó que se dinamizarán las condiciones de acceso a bienes, servicios e inversiones al reducir y eliminar restricciones favoreciendo el desarrollo de las pymes. Las economías regionales locales tendrán, a partir de ahora, un mercado de 500 millones de personas para llevarles sus productos.