La investigación tiene como principal apuntado a Pablo Otero y su firma Sarandí. Una competidora presentó nueva evidencia en la que los atados no tenían sellos falsos por lo que se sospecha que sólo falsificaba el sello de la AFIP para evadir impuestos.
La Casa de la Moneda, responsable de imprimir las estampillas fiscales, realizó una pericia sobre un muestreo de atados de cigarrillos de la firma Sarandí de Pablo Otero y detectó estampitas apócrifas que se podrían haber utilizado para no pagar impuestos.
La investigación que tiene como principal apuntado al denominado “Señor del Tabaco” se inició con una denuncia de la AFIP por presunta evasión impositiva.
En las últimas horas, según informó Clarín, en el mismo documento se marcó otra punto: los atados de la marca perteneciente a Tabacalera Sarandí con esas estampillas truchas serían originales. Es decir que no se trataría de productos falsificados, sino de cigarrillos efectivamente producidos y empaquetados por Otero a los que sólo se les puso la etiqueta de la AFIP adulterada.
El foco de la tormenta se posó sobre las tabacaleras se debe a, sobre todo, el emporio que le pertenece a Pablo Otero, denominado el “Señor del Tabaco”, quien en los últimos ocho años pasó de controlar el 5,6% del mercado, a más del 30,84%, según estimaciones de especialistas, desplazando a tradicionales empresas internacionales.
Desde AFIP se formularon una serie de denuncias contra Tabacalera Sarandí, sospecha que ese exponencial crecimiento está atado a una subfacturación del precio de los paquetes de cigarrillos, que estaría causando un perjuicio millonario por evasión impositiva.
En la investigación de Clarín indicaron que en el mercado estiman que Otero tributó impuestos como si sus tres principales marcas de cigarrillos costaran, en los kioscos, entre 256 y 278 pesos, mientras sus productos se vendían entre 600 y 800 pesos el atado. La diferencia de esos valores habrían permitido el incremento patrimonial de la firma.
Desde la Tabacalera Sarandí niegan todo y, en un comunicado oficial, remarcaron que la empresa “paga impuestos internos en las mismas condiciones que lo hacen todas las Pymes tabacaleras (pago del impuesto ad valorem, con una tasa del 70% sobre el precio de los cigarrillos informados por los fabricantes). El no pago del impuesto mínimo se sustenta en las sentencias dictadas por el Poder Judicial que lo han declarado inconstitucional, por lo que Tabacalera Sarandí no tiene obligación legal de abonar dicho impuesto. Si no hay obligación de pago, mal puede hablarse de evasión”.
Pérdidas millonarias
Un informe privado señala que las medidas judiciales cautelares otorgadas a un grupo de tabacaleras -entre ellas la de Otero- y la elusión del impuesto mínimo habrían generado una pérdida de recursos para el país de casi 2.517 millones dólares entre el 2016 y el 2023. Solamente en 2023, esa pérdida alcanzaría los 202.500 millones de pesos (683 millones de dólares).
Fuentes del sector tabacalero explicaron a Clarín que con las medidas cautelares que se obtuvieron “las empresas continuaron vendiendo cigarrillos a precios ultra bajos, incluso por debajo del impuesto mínimo; lo que genera una distorsión del mercado de cigarrillos, con diferentes regulaciones para diferentes empresas”.
Un informe de la consultora Abeceb, de enero pasado, sostiene que este tipo de prácticas por parte de algunas tabacaleras, incluida la de Pablo Otero, generan una “pérdida de recaudación acumulada de 5.823 millones de dólares, entre los años 2018 y 2023″.
Sospechas y pericias
En medio de esta discusión que involucra millones de dólares que el Estado no percibe, hay una pericia que refiere a supuestas estampillas fiscales apócrifas en un muestreo de Red Point -la marca insignia de Sarandí-, lo que alimenta aún más las sospechas de evasión fiscal.
Como contó Clarín, en el marco de la causa radicada en Mar del Plata la Casa de la Moneda -que imprime las estampillas fiscales que están en los atados de cigarrillos- proporcionó estampillas de los modelos 1003 (celestes) y 1051 (rojizas/ marrones). La pericia ordenada por la justicia federal de Mar del Plata, buscaba determinar si las estampillas fiscales eran originales o si eran falsas, lo que revelaría una maniobra de evasión fiscal.
Es que el 76,9% del precio del paquete de cigarrillos son los impuestos que cobra el Estado nacional, para desalentar su consumo. Ese porcentaje incluye impuestos internos, IVA, el Fondo Especial del Tabaco -que se distribuye a las provincias productoras- y el Fondo de Asistencia Social, entre otros impuestos.
El primer informe reveló que un conjunto de cigarrillos Red Point tenía estampillas fiscales apócrifas. Cuando este medio consultó a Tabacalera Sarandí, indicaron que la compañía “nunca produjo con material falso. Nunca encontraron estampillas falsas en la empresa, ni las van a encontrar aunque Massalin -la principal tabacalera internacional- lo intente ilimitadamente. Existen muchas fábricas produciendo cigarrillos falsificados de todas las marcas. En Paraguay y en Argentina”.
En ese expediente también se investiga a otra tabacalera, Bronway Technology. Cuando se peritó un conjunto de sus cigarrillos -Pier Mentol, Pier, Dolchester Original Blend y Dolchester Deluxe Blend- la Casa de la Moneda concluyó que todos los sellos fiscales “son auténticos”.
Pero durante el trabajo pericial Bronway intervino con sus propios especialistas, cuyo informe hace otra observación sobre el material producido por Sarandí: sostienen que el packaging de los veinte atados de la marca Red Point (los que contaban con estampillas fiscales falsas) y el de otros paquetes de Otero que tenían estampillas auténticas, “tienen similitudes gráficas, compatibles con orígenes gráficos comunes entre sí”. Esto quiere decir que había paquete de cigarrillos originales con sellos fiscales falsos. ¿Fue hecho bajo pleno conocimiento para evadir al fisco? Es la pregunta que la justicia busca develar.
El informe de los peritos de Bromway dice que “al inspeccionar ambos packagings, se observó analogía en papel, elementos básicos constitutivos del diseño, corte y ensamble, y sistema de impresión empleado. Si bien estos elementos no cuentan con medidas de seguridad, sí tienen un complejo diseño que resultaría muy difícil de imitar a la perfección sin contar con la matriz digital”.
La compañía de Otero sostuvo que Red Point “es la marca número uno en Argentina. Por supuesto que va a haber productos falsos en el mercado. Sólo hay que ver en las redes cómo la gente lo ofrece. Pero las empresas de tabaco registradas están absolutamente controladas por la AFIP. Es imposible querer ensuciar a Tabacalera Sarandí con esa acusación”.
El perito por parte de Tabacalera Sarandí se refirió a la “autenticidad” de los productos examinados sin añadir mayores explicaciones.
Según Clarín, desde fuentes judiciales indicaron que hay una tercera pericia en curso, en la que más productos de Tabacalera Sarandí se encuentran bajo estudio.
Los elementos que se sometieron a estos informes técnicos con material aportado por la Casa de la Moneda, fueron resultado de un allanamiento ordenado por la justicia federal de Mar del Plata después de que la AFIP denunció por presunta evasión fiscal a la compañía de Otero.
Con información de Clarín