Los emprendimientos tienen diversas formas de crecer, pero hay tres que son las principales:
1.- Dando cada paso que permita la caja que genera el proyecto y el capital que le pueden inyectar los emprendedores.
2.- Tomando un préstamo en el sistema financiero para acelerar el crecimiento, que como contrapartida exige una respuesta en resultados para repagar los intereses.
3.- Abriendo la empresa a un socio o inversor que aporte capital y apueste a la valorización de la empresa que le permitirá en el futuro vender su parte y ganar una buena suma.
Queremos concentrarnos en este último caso, para que entiendas que los inversores no muerden.
– Antes de dar el paso, probá tu idea a baja escala. Quien aporte fondos requerirá datos cuantitativos de proyecciones de ventas, costos, posibilidad de crecimiento.
– Definí hasta donde querés llegar con tu negocio, hay inversores cercanos (familiares, amigos) que pueden ayudarte con la puesta en marcha, pero si pensás un proyecto de gran escala deberías buscar un inversor ángel o un fondo de capital de riesgo.
– No pidas sólo dinero, cuánto más pueda aportar tu socio a la empresa, más compromiso asumirá y más posibilidades de éxito tendrán.
– Muchos emprendedores temen revelar su secreto a un socio. Estas son las personas llenas de ideas brillantes que nunca se concretan. Nadie te va a robar lo que no existe.
@ceciliaboufflet
@VilMetalok
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EN LA EDICIÓN DE FEBRERO DE LA REVISTA OHLALA
