Plantear nuevos objetivos puede ser esencial para aumentar la productividad y no caer en la rutina.
Con el comienzo de un nuevo año y el regreso de las vacaciones, surge la necesidad de revisar objetivos, replantear el modo de trabajo y evaluar la planificación de periodos anteriores. Muchas veces, al dedicarnos 100% a nuestra tarea, perdemos de vista que estamos inmersos en un mercado fluctuante cuyas reglas cambian constantemente.
Hay preguntas que pueden incomodar pero que son clave si se quiere tener éxito trabajando de manera independiente. El rumbo que se toma cuando uno es su propio jefe puede presentarse como algo borroso pero necesario de transitar para tener una meta fija y un crecimiento sostenido.
Para plantear esas metas es importante preguntarnos, por ejemplo, cuánto queremos generar de ingreso por año, en qué rubro queremos trabajar dentro de nuestra área profesional y, sobre todo, cuánto tiempo de nuestros días queremos dedicarle al trabajo. Esto nos ayudará a marcar un propósito realista para gestionar nuestro tiempo y energía en torno a él.
Los objetivos pueden plantearse en tres niveles: a corto plazo, que son aquellos que nos ponemos de forma semanal o mensual; a mediano plazo, los ligados a la planificación semestral o anual; y a largo plazo, que están relacionados con nuestros planes de vida.
Desde Workana, la primera red de trabajo remoto e independiente de Latinoamérica, ayudan a diferenciarlos con precisión dado que si bien la planificación de cada uno es independiente, están estrechamente vinculados.
