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Invertir en acciones : ¿por qué y para qué?

Invertir en acciones : ¿por qué y para qué?

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Una guía práctica para entender cuáles son las mejores herramientas para hacer una buena inversión, apostando al largo plazo, pero evaluando el mejor momento para vender, sin quedar atrapado en euforias de ocasión.

Por Ignacio Noel *

Si hubiera que resumir por qué invertir en acciones creo que hay varias razones para fundamentarlo, a saber :

– Las acciones, a diferencia de los bonos, no tienen límite al precio que pueden alcanzar. Conllevan un mayor riesgo, dado que no hay rentabilidad garantizada, y mayor incertidumbre, dado que no hay certeza en cuanto al pago de dividendos mientras que un bono tiene un servicio de interés asegurado (salvo default del emisor). A título de ejemplo, un inversor que hubiera comprado una acción de Coca Cola en Septiembre de 1985 tendría hoy 26 veces más dólares, con un rendimiento anual acumulado del 11.5% anual . Estos rendimientos son imposibles de obtener con bonos.

– Como las empresas ajustan el precio de sus bienes y servicios a lo largo del tiempo, sus ganancias están protegidas contra la depreciación de la moneda que, aún en el caso del dólar, es muy importante en períodos largos de tiempo. Basta señalar que la inflación oficial – muy cuestionada en cuanto a su veracidad – en los Estados Unidos es de aproximadamente un 3% anual, que equivale a una pérdida de valor real del 35% cada diez años. Las acciones protegen contra la inflación el capital invertido.

– El valor de las innovaciones y la creatividad humanas se reflejan en nuevos productos, como podemos experimentar casi a diario. Solo es posible capturar ese valor invirtiendo en las acciones de las empresas que los producen. Por ejemplo el precio de la acción de Apple se multiplicó por 487 veces en 30 años, un 23% anual acumulado.

En cuanto a las condiciones que deben ser tenidas muy en cuenta al invertir en acciones, principalmente :

– Horizonte de inversión de largo plazo y con la posibilidad de elegir el momento para vender. No se debe invertir en acciones si habrá que venderlas en una fecha predeterminada.

– Evitar los momentos de euforia bursátil, que son habituales. Los precios que alcanzan las acciones pueden tardar luego una década o más (o nunca) en repetirse. El mercado a largo plazo crece, por la propia desvalorización de la moneda y por el crecimiento de las empresas, pero su comportamiento es cíclico, con altibajos, no es lineal. Evitar los «picos», mirar los gráficos de largo plazo antes de invertir.

– Diversificar la inversión, no «poner todos los huevos en una misma canasta». Obviamente habrá acciones dentro de la cartera diversificada que serán las «ganadoras» pero lo más prudente es la diversificación.

– Por último pero no por ello menos importante, no sufrir. Si quien compra acciones se fijará todos los días en el precio y sufrirá cuando baje, mejor no comprar. Hay que invertir con la convicción de que si las empresas ganan y crecen las acciones – tarde o temprano – lo reflejarán en sus precios.

El sistema bursátil argentino tiene regulaciones y normas similares a las de los países más avanzados en la materia. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires, fundada en 1854, ha atravesado toda la historia económica del país y honrado sus compromisos invariablemente. Argentina tiene todo lo necesario para que su mercado accionario se desarrolle rápidamente y acompañe el crecimiento de la economía. Todo aquel que tenga algún ahorro disponible debería apostar al futuro de la Argentina comprando acciones de empresas argentinas en nuestra Bolsa.

* Presidente de Sociedad Comercial del Plata

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