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El rompecabezas de nuestro patrimonio

El rompecabezas de nuestro patrimonio

* Por Daniela Fridman

Mucha gente piensa que la formación del patrimonio es un gran misterio, un secreto que sólo las personas adineradas conocen y que guardan celosamente generación tras generación.
Pero formar un patrimonio no es más que un ejercicio constante, comparable con el armado de un rompecabezas con la unión de varias piezas que necesitaremos unir para lograrlo.

 

Aquí podrás repasar el tablero de las principales ideas que hay que revisar para construir nuestro patrimonio:

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1- Siempre debemos gastar menos de lo que ganamos: es la única forma de ir formando un patrimonio. Pensemos un momento: ¿cómo podríamos lograrlo si permanentemente tendemos a gastar más dinero que el que ganamos? Para nuestras metas patrimoniales de largo plazo (que incluyen la formación de nuestro patrimonio), los expertos aconsejamos ahorrar, por lo menos, un 10% de nuestro ingreso bruto, cada año.

2- Armar un presupuesto es la mejor herramienta financiera que tenemos: Nos permite saber en qué gastos solemos incurrir. Esto es importante porque cualquier presupuesto que hagamos debe estar basado en ello (de lo contrario no nos funcionará). Y además nos permite saber en qué cosas estamos gastando de más, y tomar cartas en el asunto. Un presupuesto nos puede ayudar a dirigir nuestro gasto hacia las cosas que más nos importan en la vida.

3- Nuestro ahorro debe estar alineado con nuestros valores: la construcción de nuestro patrimonio, así como la forma en cómo gastamos nuestro dinero, debe estar enfocada en lo que verdaderamente es importante para nosotros.  Nuestros valores sirven para poner en perspectiva nuestra vida, y nos ayudan a encontrar las metas financieras hacia las cuales realmente nos queremos dirigir. Es decir, si para nosotros, por ejemplo, es importante la seguridad de nuestra familia, entonces debemos buscar ofrecerla a través de metas como un fondo para emergencias o el ahorro para garantizar a nuestros hijos una educación superior de calidad.

4- No olvidar ni posponer nunca nuestras metas de más largo plazo, como por ejemplo el retiro (para el cual tenemos que contribuir con ahorro propio, ya que los sistemas de seguridad social desafortunadamente no nos garantizarán vivir con el mismo nivel de vida al que estamos acostumbrados) o la educación profesional de nuestros hijos. El dejarlas “para después” implica que el monto que tenemos que ahorrar para alcanzarlas será mucho mayor, es decir,  lograrlas nos costará muchísimo más esfuerzo.

5-  La mejor forma de ahorrar es pagarnos primero a nosotros mismos. Esto significa: determinar qué monto mensual debemos (y podemos) ahorrar para cada una de nuestras metas, dando prioridad a las de más largo plazo. Y contemplar este monto en nuestro presupuesto como un gasto: el más importante que tenemos que hacer y el primero. Si queremos ahorrar sólo lo que nos sobre, nunca lograremos nuestra meta.

6- Nuestro presupuesto debe considerar aquellos gastos que son irregulares, pero que podemos prever y programar. Para ello, debemos destinar una cantidad mensual para estar preparados en el momento en que ocurran. De esta manera, nunca nos tomarán por sorpresa ni causarán un desbalance a nuestra situación financiera.

La frase que me gusta recordar siempre es que uno no planifica fracasar, sino que FRACASA por NO PLANIFICAR

*Asesora en Seguros

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