Este verano, más que nunca, hay que ser cuidadoso con el uso del dinero en las vacaciones.
¿Por qué?
Porque la inflación ha hecho lo suyo y todo está carísimo (desde la carpa en Cariló hasta la gaseosa en Monte Hermoso), porque el año que empieza no será sencillo en términos económicos, la economía crecerá poco, el empleo que genera es poco y el dinero alcanza menos.
Además, tenemos la novedad de debutar en una temporada alta con cepo cambiario rigiendo a pleno y recargo del 15% a cuenta de Ganancias y Bienes Personales para los consumos con tarjetas de crédito, débito y compra en el exterior.
Vayamos respondiendo preguntas para definir, además de a dónde vamos, cómo pagaremos el merecido descanso.
* El alojamiento. Financiado, en efectivo, con tarjeta.
Si la agencia de viajes o la inmobiliaria que te alquila en la costa o en la sierra te ofrecen pagar en cuotas sin interés, por supuesto que es una buena idea y es la mejor opción financiera para afrontar un gasto. Pero (siempre hay un pero) siempre y cuando no dupliques las estrellas del hotel que contratas o la cantidad de días de alojamiento por que tenés crédito. Las cuotas sin interés son un negocio para vos siempre y cuando enfrentes un gasto que está dentro de tu presupuesto. Si vas a asumir un gasto por encima de tus posibilidades el negocio será del banco, que te empezará a cobrar una tasa altísima para refinanciar tus pagos de monto mínimo y lo que era 0% de interés pasará a ser 45% de interés.
Si tenés el dinero y podés conseguir un descuento mayor al 10% por el pago en efectivo, esta también es una buena opción. Pero tené en cuenta que si vas a veranear en la Argentina en muchos lugares turísiticos las posibilidades de pagar con débito y crédito -lamentablemente- son bajas, entonces es necesario llevar una reserva de dinero para el día a día, aunque tengas el alojamiento pago.
* Los pasajes. Si te vas al exterior o vas a tomar un vuelo o un colectivo de larga distancia, la opción de cuotas sin interés que ofrecen las agencias es la mejor. Lo ideal es planificar y pagar con tiempo con un porcentaje mensual de los ingresos las cuotas del viaje, pero como en el caso anterior: NO ASUMAS UN MONTO DE CUOTA QUE PUEDA TERMINAR OBLIGÁNDOTE A DEJAR EL SALDO PARA REFINANCIAR. No nos cansamos de decirlo: cuando caés en el monto mínimo, deja de ser negocio para vos.
* Los gastos diarios. Si vas a viajar al exterior, la tarjeta de crédito, de débito o de compra sigue siendo la mejor opción. Si la AFIP te autoriza a comprar dólares o la moneda del destino al que viajes serán pocos los billetes que te permitan y si te sobran los podrás cambiar a otro viajero que haya tenido menos suerte que vos al pedir su permiso de cambio de dinero y hacer una diferencia mayor a la que te cobran por el uso de la tarjeta.
Un ejemplo para entenderlo:
Si viajas a México y te dan dólares que te cambian al valor oficial, hoy en torno a los 4,80 pesos por dólar.
Los gastos que pagues con tarjeta de crédito te los cobrarán al tipo de cambio oficial con la retención del 15% a cuenta de Ganancias y Bienes Personales, que podrás recuperar después. Es decir, te saldrán en pesos unos 5,5 pesos.
Pero esos dólares se los podés vender a un amigo que está ahorrando y quiere hacerlo en esa moneda a 6,4 pesos por billete y obtener una ventaja a tu favor.
* ¿Qué tarjeta?
Si tenés tarjetas emitidas por distintos bancos, antes de viajar preguntá een cada entidad financiera qué tipo de cambio te toman para las transacciones, porque puede haber diferencias de más de 10 centavos. Un datito, las tarjetas American Express emitidas por la compañía en forma directa y no a través de un banco generalmente tienen la mejor oferta de tipo de cambio.
¡Qué envidia! ¡Te vas de viaje!
Qué descanses y cargá pilas que el 2013 se las trae.
@ceciliaboufflet