Ladrillos: minimizá los riesgos al entrar en un pozo

* Por Daniela Fridman

En los últimos años, las “ventas de pozo” vienen teniendo un crecimiento muy importante. La mayoría de los emprendimientos inmobiliarios se vienen dando bajo esta modalidad.

La confianza que produce en los adquirentes de unidades la estructura fiduciaria resulta verdaderamente sorprendente. Quienes adquieren un inmueble a un fideicomiso se sienten con un “seguro contra todo riesgo”, como si el fideicomiso por sí solo fuera garantía suficiente.

Pero tanto en éste como en cualquier otro proyecto económico, debemos tener todas las aristas pensadas y previstas. ¿Te preguntaste qué pasaría si por algún motivo vos o quien afronta económicamente los pagos de las cuotas falleciese? ¿Tu familia tendría la disponibilidad monetaria para seguir adelante con el proyecto? Y de poder hacerlo, ¿sería con esfuerzo o se deberían desprender de otros bienes para poder afrontarlo?

Si estás pensando en entrar en una venta de pozo o ya estás dentro de una inversión de este tipo es bueno que tengas en cuenta que la misma concluirá dentro de unos años. Por tanto quienes tengan que continuar con los aportes, de no poder afrontarlos, se quedarán sin el bien.

Si quisieras de verdad asegurarte la propiedad desde el primer momento, existe un seguro que cubre el monto de la propiedad, de tal manera que al asumir el compromiso económico no  comprometés  el bienestar familiar y permitís que los proyectos continúen su cauce.

Por un aporte mínimo en relación a la cuota que se paga por mes para la construcción de la vivienda podés alcanzar tus metas con la tranquilidad de saber que el impacto ante posibles eventualidades le va a dar continuidad a los proyectos sin truncarlos.

Acá te mostramos un ejemplo tipo:

Si observás el ejemplo es claro que con muy poco se puede tener certeza de saber que, pase lo que pase, los proyectos continúan.

Es importante que un asesor te ayude a diseñar el plan que mejor se adapte a tu realidad, de manera que cuentes con la seguridad de que la propiedad siga siendo parte de los bienes familiares.

*Daniela Fridman / Asesora en Seguros