* POR Daniela Fridman
La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes” Peter Drucker
En general, las personas tenemos claro que queremos que nuestro futuro económico sea mejor que nuestro presente. Pero lo que no terminamos de entender es que ese resultado estará directamente relacionado, en gran parte, con las decisiones y acciones que tomemos hoy. Incluso haciendo “nada” en el presente estamos contribuyendo con nuestro futuro, para bien o para mal.
En nuestro país, el concepto del ahorro es algo que no está dentro del “chip mental”. En general, las personas tienden a gastar lo que ganan e incluso más. Y si bien, nos gusta pensar en tener un futuro seguro, es poco lo que se hace al respecto en forma consciente en el presente. El cortoplacismo, la dejadez, la inacción, el no tener visión hacia adelante, el quedarnos en excusas tales como “tengo mucho tiempo hasta que ese momento llegue” o “comenzaré cuando bajen los gastos de la tarjeta de crédito” o “mi salario es muy bajo”, etc también construyen el futuro, aunque desde ya que no será el ideal que nos gustaría tener.
La realidad es que así como entramos al auto y automáticamente lo primero que hacemos es tomar el cinturón de seguridad para estar protegidos, o así como cada mañana le ponemos pasta al cepillo sin cuestionarnos por qué nos lavamos los dientes, de la misma manera, el ahorro debería ser algo inherente a nuestras vidas y parte de nuestra rutina.
Si desde el momento en que generamos nuestro primer ingreso, entendiéramos la importancia de derivar una muy pequeña porción del mismo al ahorro de manera constante, tendremos mejores perspectivas para lograr las diferentes metas económicas que nos propongamos.
Cuanto antes entendamos esto, menor será el aporte que deberemos destinar para llegar al mismo resultado.
*Daniela Fridman / Asesora en Planificación Financiera Personal
