* Por Daniela Fridman
Supongamos que tenemos un cajero automático dentro de nuestra casa que es quien nos provee el dinero que cubre todos los gastos del mes a mes.
Si esa máquina se rompiera dejaría de asistirnos y, en ese caso, uno tomaría la previsión de asegurarla para tener el monto de arreglarla y cerciorarse de que siga funcionado.
En un hogar ese cajero automático es el sostén de familia, quien provee el ingreso..
¿Qué pasaría si no podemos trabajar por un par de años en el caso de una enfermedad grave? ¿Cómo seguiría adelante el grupo familiar?
Muchas veces nos decimos a nosotros mismos que no nos pasará nada porque es un tema que no queremos ni pensar, pero es muy importante proteger la capacidad de ingresos en el caso de que algo imprevisto ocurra.
La negación a ocuparse y estar protegido conlleva un riesgo de tener que lidiar, no sólo con la enfermedad, sino también con el impacto financiero que pueda tener.
¿Sabías que la probabilidad de contraer une Enfermedad Grave es 14 veces mayor a la probabilidad de morir antes de los 65 años?
Para cubrirnos de esa eventualidad existen seguros que protegen nuestros ingresos económicos en caso que tengamos una enfermedad como cáncer, un paro cardiaco o un ACV, por ejemplo.
Los avances de la medicina moderna nos indican que las probabilidades de sobrevivir a una enfermedad grave es cada vez mayor.
A nivel mundial, a más de 10 millones de personas le diagnostican cáncer y el 40% de ellas sobrevive. Y màs de 20 millones sobreviven a paros cardíacos, aunque requieren posteriores cuidados clínicos continuos y costosos.
Cualquiera de esas personas afectadas podría tener un seguro de vida que no le serviría de respaldo en este contexto en el que por unos meses no puede trabajar ni generar ingresos, y justo cuando los gastos son mayores.
Una cobertura de enfermedad grave nos permite no sólo proteger ingresos y afrontar los gastos habituales, sino también los gastos adicionales que surjan y/o pagar un tratamiento médico especializado.
Además, existe la opción de la devolución completa del pago del seguro en caso que no ocurra nada en un período determinado.
Es muy importante sentarse, con quien planifica sus finanzas, y hacer un análisis de cuál sería la cobertura más adecuada para estar cubierto cuando realmente lo necesitás.